|
"Pues
la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es
la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor". Romanos 6:23
(NTV)
La Biblia en Juan 8:1-11 relata que un grupo de escribas y fariseos le trajeron a Jesús, una mujer que había sido sorprendida en el acto del adulterio para que Él les dijera que hacer con ella. Pero, Jesús no les respondió nada y los líderes religiosos volvieron a preguntarle, ante eso Jesús les dijo: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” Al oír esas palabras, acusados por su conciencia, se fueron retirando uno por uno, y quedó solo Jesús y la mujer que estaba en medio. “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
Podemos sacar muchas enseñanzas de este relato, pero hoy quiero que observes el gran amor del Señor. Un amor incondicional e inmenso, que es capaz de perdonar y liberar.
Y es que el amor de Jesús por los pecadores es grande, Él no quiere que nadie sea destruido, al contrario desea que todos se arrepientan y se acerquen a ÉL. Juan 3:17 dice que Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Jesús mismo dijo: …he venido para salvar al mundo y no para juzgarlo. Juan 12:47.
El destino de la mujer adúltera era morir apedreada por su pecado, pero Jesús lleno de amor y misericordia le dijo, “ni yo te condeno, vete y no peques más.”
Jesús sigue siendo el mismo, aborrece el pecado pero ama entrañablemente al pecador. Si sabes que estás lejos de Dios y vives en pecado, hoy es buen día para acercarte a Jesús y arrepentirte de tus pecados. Su compasión y perdón esperan por ti.
“Diles que el Señor Dios afirma: “No quiero que muera el que hace el mal, sino que se vuelva a mí y así tenga vida. Pueblo de Israel, vuélvete a Dios. Aléjate del camino de maldad para que no mueras”. Ezequiel 33:11 (PDT)

Diego Jora
CVCLAVOZ
La Biblia en Juan 8:1-11 relata que un grupo de escribas y fariseos le trajeron a Jesús, una mujer que había sido sorprendida en el acto del adulterio para que Él les dijera que hacer con ella. Pero, Jesús no les respondió nada y los líderes religiosos volvieron a preguntarle, ante eso Jesús les dijo: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” Al oír esas palabras, acusados por su conciencia, se fueron retirando uno por uno, y quedó solo Jesús y la mujer que estaba en medio. “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
Podemos sacar muchas enseñanzas de este relato, pero hoy quiero que observes el gran amor del Señor. Un amor incondicional e inmenso, que es capaz de perdonar y liberar.
Y es que el amor de Jesús por los pecadores es grande, Él no quiere que nadie sea destruido, al contrario desea que todos se arrepientan y se acerquen a ÉL. Juan 3:17 dice que Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Jesús mismo dijo: …he venido para salvar al mundo y no para juzgarlo. Juan 12:47.
El destino de la mujer adúltera era morir apedreada por su pecado, pero Jesús lleno de amor y misericordia le dijo, “ni yo te condeno, vete y no peques más.”
Jesús sigue siendo el mismo, aborrece el pecado pero ama entrañablemente al pecador. Si sabes que estás lejos de Dios y vives en pecado, hoy es buen día para acercarte a Jesús y arrepentirte de tus pecados. Su compasión y perdón esperan por ti.
“Diles que el Señor Dios afirma: “No quiero que muera el que hace el mal, sino que se vuelva a mí y así tenga vida. Pueblo de Israel, vuélvete a Dios. Aléjate del camino de maldad para que no mueras”. Ezequiel 33:11 (PDT)
Diego Jora
CVCLAVOZ
0 comentários: