“29 Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. 30 Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. 31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.” Josué 24:29
Josué había tomado la decisión de servirle a Dios mucho antes de haber fallecido; le sirvió a Dios toda su vida, 110 años de servicio. Muchos se frustran porque quieren ver resultados, en sus casas, en tan solo unos pocos años de servirle al Señor. Para ver cambios en tu casa, no se trata de la decisión de un día, sino también de la determinación y el compromiso de trabajar en ello toda una vida. El cambio en tu vida y en tu hogar comienza con una decisión, pero lo que en realidad te permite ver esos cambios es el permanecer, persistir, en esa decisión y que cada decisión en tu vida sea tomada en dirección hacia lo que quieres ver y alcanzar. La consistencia a través de los tiempos es la que provocará que tu familia sea transformada.
Mientras estaba Josué, todo el pueblo de Israel le sirvió a Dios. Aún después de su muerte, los ancianos que se quedaron a cargo de todo le sirvieron a Dios, pero la generación después de estos se olvidó de Dios y de todo lo que había hecho por ellos. Josué, por su convicción y la consistencia en su estilo de vida, logró influenciar a otras generaciones, logró provocar que el nombre de Jehová fuera exaltado en la nación de Israel por mucho tiempo. Debes tener cuidado porque, si pierdes tu fe, no tan solo tu casa se verá afectada, sino tus futuras generaciones.
Algunos, cuando deciden entregarle su vida a Dios, servirle y que su casa también le servirá, al no ver resultados inmediatos o tan rápidos como esperan, se preguntan qué ha ocurrido. Entonces, comienza el desánimo, la frustración, comienzan a pensar que la decisión no ha servido, que no lo lograrán, que no van a alcanzar nada, que simplemente servirle a Dios no funciona; por consecuencia, toman otras decisiones que arruinan su primera decisión.
¿Podrás tener la convicción que tenía Josué durante toda su vida, aún en sus últimos años? ¿Podrás resistir todo el tiempo de espera, la inconsistencia de los que están a tu alrededor y servirle a Dios? Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Josué era muy joven y no entró a la tierra prometida cuando se suponía, por la inconsistencia de todo el pueblo y aún así se mantuvo firme en sus convicciones y continuó siendo así durante toda su vida.
Quizás, tú has estado viviendo tiempos de frustración, tristeza, de amargura, de dolor, y has estado a punto de renunciar, de abandonarlo todo porque las cosas no han ido como tú pensabas y no has visto resultados inmediatos. En todo, recuerda que Josué se mantuvo creyendo, sirviendo a Dios, 110 años, y eso fue lo que provocó que fuera de influencia. Desde que lo conocemos, Josué mostró su servicio a Dios con un espíritu diferente; estaba lleno de sabiduría y era un guerrero.
Permanece en tu decisión de servirle a Dios, y no te rindas. Dios no cambia, así que todo lo que está a su alrededor tiene que cambiar. Si cuando tienes problemas decides renunciar, renegar a Dios, dejar de orar, de ir a la iglesia, ¿qué influencia eres para los demás? Ser consistente no es fácil; en ocasiones, la gente intentará cambiarte, poner pensamientos negativos, hasta tus hijos y tu cónyuge cambiarán, las cosas se pondrán difíciles. Pero, cuando te mantienes firme, diciendo “yo le creo y le sirvo a Dios”, aunque estés en el desierto y no hayas alcanzado la tierra prometida por culpa de otros, al final tu influencia será mayor y esa influencia te dará poder.
Hoy, más que nunca, se necesita a gente que se mantenga firme en sus convicciones del poder de Dios sobre sus vidas, gente que sepa que su decisión de servir a Dios consistentemente provocará que generaciones completas sean transformadas. Entiende que no es tan solo una decisión la que causará que haya grandes cambios en tu casa. Entiende que lo que causará cambios en tu vida y la de tu familia es que lo decidas y comiences a tomar todas las decisiones para alcanzar los resultados que quieres. Recibe sabiduría para que tomes las decisiones correspondientes para que tu casa, tu familia, sea influenciada con la palabra y ellos también sirvan a Dios. Todo desánimo, frustración, todo deseo de renunciar, de abandonar, desaparece hoy de tu vida. Puedes tener la plena convicción en tu corazón de que el Dios al que tú le sirves se va a mostrar fiel y que, cuando todos te vean, podrán decir: Toda su vida le sirvió a Dios y, por él, por ella, su familia también le sirve a Dios.
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