El presidente Nicolás Maduro ha probado reiteradamente su voluntad política de defender la democracia y las conquistas sociales chavistas frente a la caída de los precios del crudo y la guerra de “cuarta generación” lanzada por el Comando Sur del imperio. Ha sido también persistente y paciente en la búsqueda del diálogo con todos los sectores del país, incluida la oposición, siempre sobre la base del respeto a la soberanía de Venezuela. En la patria de Bolívar y Chávez, uno comprueba que esos esfuerzos del presidente coinciden con el sentir de la mayoría si se aplica a recoger el criterio de los venezolanos.La demoscopia viene a confirmarlo. Un sondeo de la reconocida encuestadora Hinterlaces realizado entre el 7 y el 15 de junio arroja que 74 por ciento de los venezolanos apoya el diálogo para encontrar solución a la coyuntura económica y un 82 por ciento favorece que se haga con mediación internacional, como la que actualmente realizan en nombre de la Unión de Naciones Suramericananas (UNASUR) los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (Rep. Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá). Igualmente, 67 por ciento rechaza una intervención internacional en el proceso político interno y un todavía mayor 84 por ciento, la propuesta de una intervención militar en el país.
O sea, la Carta Democrática (CD), que solo Estados Unidos y su criado Almagro, pretenden imponer a Venezuela, es rechazada lo mismo por el pueblo venezolano que por una mayoría de miembros de la OEA, como se ha podido apreciar de nuevo esta semana en la reunión del Consejo Permanente (CP) convocada por Venezuela, después de otros pronunciamientos en igual tenor de ese órgano y de la Asamblea General celebrada este mes en República Dominicana. La oposición venezolana y Almagro se oponen al diálogo y continúan, hasta el momento, cumpliendo con el guion golpista gringo, que prioriza las guerras económica y mediática y exige referendo revocatorio este año, en contra de las leyes venezolanas.
En la reunión del CP del martes pasado eran ostensibles las muecas nerviosas de Almagro cuando Rodríguez Zapatero, con medida elocuencia y aplomo, pero con la discreción que requiere su delicada misión, dio cuenta a los presentes de los modestos pero sólidos avances, “exploratorios” los consideró, que se han hecho para encausar el diálogo entre la oposición y el gobierno en lo que calificó de un proceso “largo” y “difícil” de paz “preventiva”. Calificativo este último que comparto pues en Venezuela, la única alternativa al diálogo sería la violencia y una intervención armada yanqui como la que vienen buscando Uribe, la oposición apátrida y los sectores más agresivos del gobierno y la política estadunidenses.SEGUIR LEYENDO
O sea, la Carta Democrática (CD), que solo Estados Unidos y su criado Almagro, pretenden imponer a Venezuela, es rechazada lo mismo por el pueblo venezolano que por una mayoría de miembros de la OEA, como se ha podido apreciar de nuevo esta semana en la reunión del Consejo Permanente (CP) convocada por Venezuela, después de otros pronunciamientos en igual tenor de ese órgano y de la Asamblea General celebrada este mes en República Dominicana. La oposición venezolana y Almagro se oponen al diálogo y continúan, hasta el momento, cumpliendo con el guion golpista gringo, que prioriza las guerras económica y mediática y exige referendo revocatorio este año, en contra de las leyes venezolanas.
En la reunión del CP del martes pasado eran ostensibles las muecas nerviosas de Almagro cuando Rodríguez Zapatero, con medida elocuencia y aplomo, pero con la discreción que requiere su delicada misión, dio cuenta a los presentes de los modestos pero sólidos avances, “exploratorios” los consideró, que se han hecho para encausar el diálogo entre la oposición y el gobierno en lo que calificó de un proceso “largo” y “difícil” de paz “preventiva”. Calificativo este último que comparto pues en Venezuela, la única alternativa al diálogo sería la violencia y una intervención armada yanqui como la que vienen buscando Uribe, la oposición apátrida y los sectores más agresivos del gobierno y la política estadunidenses.SEGUIR LEYENDO
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