"Este es un acto de purita justicia, más nada". Así resumió el líder de laRevolución Bolivariana, Hugo Chávez, el lanzamiento de la Gran Misión En Amor Mayor, el 13 de diciembre de 2011, para incorporar al sistema de seguridad social, es decir, al cobro de pensiones, a adultos mayores venezolanos, aunque no hubieran cotizado nunca al Estado.
Pero ese camino de reivindicaciones a los abuelos comenzó mucho antes. El 25 de mayo de 2000, con un año en el poder, el mandatario homologó al salario mínimo las pensiones de 500.000 adultos mayores, en cumplimiento de lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada por mayoría popular en 1999.
La Carta Magna, promovida también por Chávez con el propósito de refundar la República, ordenó en su artículo 80 no sólo que ninguna pensión o jubilación podía ser inferior al salario mínimo urbano, sino que el Estado debe garantizar a los ancianos el pleno ejercicio de sus derechos y garantías, el respeto a su dignidad humana, su autonomía, atención integral y los beneficios de la seguridad social.
En la década de los 80 y 90, en Venezuela se hicieron comunes las protestas de los abuelos por un pago justo de sus pensiones, que representaban 75% del salario mínimo en 1999 pero apenas 15% en 1989. Sus años de trabajo encima y los surcos que el tiempo marcaba en sus rostros no impedían que los abuelos recibieran intensas represiones sólo por exigir justicia.
"En gobiernos anteriores, los abuelos eramos tratados como chatarra humana (...) Lo único que tuvimos los abuelos y abuelas en la IV República fue agua del río Guaire, que nos echaba la ballena, golpes y bombas lacrimógenas", contó en abril de 2012 Mauro González, conocido como "Mauro de Catia", un intenso luchador por los derechos sociales, especialmente de los ancianos, y quien integraba elFrente Socialista del Adulto Mayor hasta su fallecimiento en agosto de 2013 a los 74 años.
La Revolución hizo posible ese pago justo para aquellos venezolanos que trabajaron toda su vida y ahora, en la vejez, merecían un trato adecuado. Y cada vez que el Presidente ajustaba el salario mínimo, que ha ocurrido en 26 oportunidades desde 1999, también se incrementaban los ingresos para los abuelos.
Además, su incorporación al sistema de seguridad social ha tenido un crecimiento exponencial.
Para 1998, había en el país 387.000 pensionados por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). Para este año, suman 2.553.874, con una inversión acumulada en 15 años de 305.000 millones de bolívares, precisan datos del organismo.
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