Amy Goodman y Denis Moynihan
Un ataque suicida con bomba perpetrado esta semana en Kabul, Afganistán, dejó un saldo de al menos 90 muertos y 450 heridos. La bomba, que estaba oculta en un camión cisterna, probablemente haya sido la mayor que jamás se haya detonado en Kabul. Dejó un cráter de cuatro metros de profundidad e hizo estallar ventanas a más de 1,5 km de distancia. Entre las víctimas mortales se cuentan dos trabajadores de medios de comunicación: Aziz Navin, de la cadena de televisión de cable afgana TOLOnews; y Mohammed Nazir, un chofer que trabajaba para la BBC. El número de muertos sigue aumentando, mientras se siguen hallando cuerpos entre los escombros y algunos de los heridos sucumben ante las lesiones. No se han conocido demasiados detalles sobre los fallecidos. Mientras el atentado con bomba ocurrido en Manchester hace poco más de una semana tuvo una amplia cobertura por parte de las principales cadenas de noticias, que mostraron exhaustivas biografías de las víctimas, en Kabul, donde el número de muertos registrado en el ataque es más de cuatro veces mayor y los heridos se cuentan por decenas, el ataque aparece brevemente en los resúmenes informativos y no se mencionan los nombres de los muertos y los heridos, sino que se los trata como números. Lotfullah Najafizada, director de noticias de la cadena TOLOnews, dijo en el noticiero "Democracy Now": "Eran las 8.30 de la mañana y yo estaba en mi oficina. De pronto se sacudió el edificio. Pensé que era un terremoto. Y, a continuación, hubo una fuerte explosión. Lo que sucedió hoy es definitivamente un ataque trágico y de grandes dimensiones, especialmente cuando la mayoría de las víctimas eran civiles, personas de clase trabajadora". |
La Columna de Amy Goodman. Las víctimas del ataque con bomba en Kabul no deben quedar en el olvido
Denizer Carter
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