Los apátridas de todos los momentos históricos nunca han tenido corazón, a pesar de que tienen un corazón orgánico, lo perdieron en el momento que traicionaron a la patria.
Hay quienes creen que cuando deja de latir el corazón dejamos de existir, literalmente es así, pero para muchos, que el corazón ya no palpite es solo un paso, dentro de un complejo proceso llamado vida.
Los apátridas, los que apuñalearon el corazón de la Patria, de pensamiento retrógrado y funcionalista como mi querido Mario Villegas, pensaron que éste, dejaría de existir. Pero no fue así, afortunadamente siempre han existido (gracias a nuestros dioses), el patriota que tiene por corazón la Patria.
Los retrógrados de ayer, nunca han entendido a quienes tienen el corazón de la patria en su pecho, aquellos que son capaces de dejar de existir literalmente, dejando sus bienes y sus comodidades por una Patria, por un colectivo, no comprenden que un hombre llamado Chávez, que ya no es individuo, sino sentimiento, un pueblo, sea el corazón de nuestra patria.
La campaña “Chávez corazón de mi Patria”, es el pueblo que hecho patria está en la figura del comandante, y éste no puede estar mejor representado, porque nuestro corazón colectivo se entrelazó hace muchos años con el hombre que fue capaz de asumir la dirección de un pueblo que había sido traicionado, humillado y diezmado, por quienes ahora se presentan como opción.
La oposición apátrida que a través del devenir histórico ha tenido infinidad de nombres, ha demostrado ayer y hoy que no tiene Patria, y por ende no tiene corazón.
La oposición apátrida que a través del devenir histórico ha tenido infinidad de nombres, ha demostrado ayer y hoy que no tiene Patria, y por ende no tiene corazón.
Ignora el colega que hace tiempo a la patria le dio un infarto, y que a pesar de lo traumático, el pueblo noble y sincero nunca perdió la esperanza, trasplantó el corazón blanquiverde, por uno rojo que, a pesar de las traiciones está más vivo que nunca.
El 7 de octubre es buena fecha, pero no para la operación que la desesperada oposición desea, trasplantar el viejo y traicionero corazón que odia a la patria, sino para sellar la más grande victoria de los patriotas que con el corazón en la mano ratificará a un hombre que trascendió lo obvio, para convertirse en el corazón mismo de la patria.
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