Hoy el proceso venezolano vive un momento bien interesante, la muerte del compañero comandante Chávez deja un vació difícil de llenar, quien nos acostumbró a mantener un debate permanente en los medios escritos, radiales y audiovisuales, este debate podría tener síntomas de agotamiento, igual que el proceso, si se mantienen las descalificaciones y no se profundiza, pero también nos brinda la posibilidad de profundizarlo en la construcción teórica sobre los referentes revolucionarios.
El debate nuestro tiene que tener referentes teóricos, los cuales críticamente tendremos que reconocer que son pocos, ya que el proceso se ha alimentado de elementos doctrínales; estos referentes teóricos si bien parten de concepciones filosóficas, se deben alimentar de la praxis política que permita con el debate y la reflexión permanente darle respuesta a las diversas contradicciones que se expresan en el combate diario dentro de la lucha de clase y la construcción del socialismo revolucionario.
Ahora bien, si permitimos que en vez de que se expresen las discusiones políticas e ideológicas con la más amplia libertad revolucionaria (democracia de los trabajadores), las suprimimos con descalificaciones, dogmas y doctrinas, estaremos matando el debate.
Vemos con preocupación como el compañero presidente Nicolás Maduro arremete sin argumento contra sectores que vienen haciéndole críticas a la política o al giro político que el gobierno viene dando y de plano plantea que este proceso no es ni de “extrema izquierda” ni de “extrema derecha”, poniendo ya como vía el centrismo o reformismo como política de gobierno, nos habla de un socialismo a la venezolana y el canal del estado monta una campaña contra el socialismo real y lo hace ver como la ultra izquierda, otros sectores del gobierno vienen planteando el dialogo, que no es más que la conciliación con los sectores políticos y la burguesía enemiga del proceso, otros más osados plantean como referente a personajes de la vieja burguesía como ejemplo a seguir, este referente lo expone Jesús Martínez ministro del trabajo, planteando al señor Eugenio Mendoza como ejemplo para los sectores empresariales y empresas, tanto del estado como las EPS, sin analizar y cuestionar la política de explotación y sobre explotación del trabajo que el grupo polar somete a sus trabajadores (tanto en su presidencia, como la de su hijo) , ve como algo sumamente bueno que construyera campos habitacionales para los trabajadores, sin entender que estos campos habitacionales era para separar a “sus” trabajadores del resto de la clase, convertirlos en seres sumisos, en fin, buenos trabajadores para el capital. Este ejemplo lo trajo para Guayana el señor Sucre Figueredo, lo que permitió dividir al movimiento de trabajadores y bajar la capacidad de combate de la clase, que no solo combatía en la fábrica, sino que estas batallas de clase se daba también en las barriadas de San Félix, haciendo de las luchas obreras luchas insurrecciónales de los sectores explotados contra los patronos.
Veamos entonces la matriz o planteamientos referenciales que se plantean sectores del gobierno en la actual coyuntura:
• El proceso niega soterradamente la lucha de clase.
• No hay sujeto revolucionario.
• El referente es el socialismo a la venezolana, que no se sabe que es.
• Del legado de Chávez se saca para el debate sus primeros escritos y discursos (tercera vía).
• Se consolida el viejo estado burgués y se matiza con las comunas, incorporando o subordinando estas a la estructura del viejo estado.
• El partido (que no existe orgánicamente) se mantiene como maquinaria electoral y aparato donde se expresan burocráticamente las fracciones de poder (nomenclatura), esta dirección política está cada vez más separada de la cotidianidad política del proceso como su dinámica social.
• Esta dirección política trata de parecerse a los sectores de la pequeña burguesía y burguesía (creando una imagen de inclusión) separándose cada vez más de la cultura política de los explotados, sectores que han mantenido en su hombro el proceso revolucionario.
• Las políticas económicas siguen favoreciendo a los sectores de la burguesía importadora (lumpen burguesía), golpeando al salario del trabajador, cercando la posibilidad de desarrollar fuerza productiva desde los sectores populares bajo su control y necesidades.
• En lo económico, comienzan aplicar ajuste, recorte al gasto social, devaluaciones disfrazadas.
• Los medios audiovisuales, radiales y escritos son repetidores de las diversas fracciones bolivarianas, en vez de ser medio abierto al debate revolucionario, que permita el avance político ideológico del pueblo, hablamos de medios que con una pedagogía critica y revolucionaria sean el acompañante de la revolución.
Hoy tratan de abrir un debate sobre la gestión dentro del proceso dentro del movimiento de los trabajadores, sin discutir el problema del estado, elemento fundamental para la construcción del socialismo, se pueden hacer gestiones democráticas, participativas y honestas que en definitiva pueden consolidar la lógica de dominio si esta no apunta a la lucha contra el estado burgués, por lo tanto la discusión de la gestión debe estar unida a la destrucción de este estado y a la construcción de nuevas relaciones de producción que permita la construcción de la sociedad socialista.
Entender que la relaciones sociales del capital son tan poderosas que si le permitimos un “tantico así” terminan hegemonizando lo nuevo, como ejemplo tenemos las misiones de salud, educación etc., que mientras estaba bajo la dinámica popular profundizaban la lucha de clases, la burguesía no las reconocía, era un combate entre nuevas s de organización sostenidas desde los sectores populares en su propia dinámica de avance y retroceso, pero cuando estas pasaron a ser parte del estado, no solo se burocratizaron sino que terminaron siendo parte integrante del estado, fue hasta allí la crítica de la contrarrevolución a las misiones, no solo callaron sino que Capriles las asume en su programa de gobierno y esto fue visto como algo bueno por los sectores burocráticos y retorneros del gobierno, mientras los sectores populares quedaron fuera de la conducción política de las misiones.
Ante esta situación los revolucionarios desde las diversas corrientes, propuestas, grupales, territoriedades, colectivos en lucha, nos centramos en un debate contra la política del retorno, de conciliación de clases; desde los colectivos obreros quienes empujamos la lucha por una gestión democrática y revolucionaria de los trabajadores y sectores explotados que luchan por una verdadera emancipación, impulsando el control obrero bajo la dirección de los consejos de trabajadores, como cultura política que nos lleve a derrotar, pulverizar al estado burgués y construir nuevas relaciones políticas de producción, que permita desarrollar una democracia obrera en la construcción de la sociedad socialista, planteamos entre varias propuesta:
• Debatir sobre el carácter de la revolución y sus referentes teóricos.
• Sujetos sociales en pugna, clases, bloque sociales.
• El problema de la destrucción o pulverización del estado.
• Retomar el debate sobre el legado del compañero comandante Chávez, dándole gran valor en sus últimas líneas, como el discurso del no retorno, golpe de timón, la parte conceptual del plan patria, la propuesta de la lucha contra la lógica del capital y su reproducción, la lucha contra la división social del trabajo.
• El impulso de las comunas como autogobierno del pueblo.
• La organización y construcción de los consejos de trabajadores como el nuevo estado naciente.
• El control obrero a la producción y políticas públicas.
• Reivindicar las experiencias revolucionarias, obreras, comunitarias, de docente, comunicacional, que desde su autonomía han construidos nuevas relaciones políticas, como dualidad, que permitan ser referente para la construcción del socialismo revolucionario.
Es necesario reafirmar que nuestra revolución es parte de la revolución continental, que tiene un carácter antimperialista, por tanto el internacionalismo va mas allá de acuerdos entre gobiernos, debemos impulsar con fuerza la unidad continental de los pueblos en lucha que permitan las victorias de NuestrAmerica por el socialismo
El debate nuestro tiene que tener referentes teóricos, los cuales críticamente tendremos que reconocer que son pocos, ya que el proceso se ha alimentado de elementos doctrínales; estos referentes teóricos si bien parten de concepciones filosóficas, se deben alimentar de la praxis política que permita con el debate y la reflexión permanente darle respuesta a las diversas contradicciones que se expresan en el combate diario dentro de la lucha de clase y la construcción del socialismo revolucionario.
Ahora bien, si permitimos que en vez de que se expresen las discusiones políticas e ideológicas con la más amplia libertad revolucionaria (democracia de los trabajadores), las suprimimos con descalificaciones, dogmas y doctrinas, estaremos matando el debate.
Vemos con preocupación como el compañero presidente Nicolás Maduro arremete sin argumento contra sectores que vienen haciéndole críticas a la política o al giro político que el gobierno viene dando y de plano plantea que este proceso no es ni de “extrema izquierda” ni de “extrema derecha”, poniendo ya como vía el centrismo o reformismo como política de gobierno, nos habla de un socialismo a la venezolana y el canal del estado monta una campaña contra el socialismo real y lo hace ver como la ultra izquierda, otros sectores del gobierno vienen planteando el dialogo, que no es más que la conciliación con los sectores políticos y la burguesía enemiga del proceso, otros más osados plantean como referente a personajes de la vieja burguesía como ejemplo a seguir, este referente lo expone Jesús Martínez ministro del trabajo, planteando al señor Eugenio Mendoza como ejemplo para los sectores empresariales y empresas, tanto del estado como las EPS, sin analizar y cuestionar la política de explotación y sobre explotación del trabajo que el grupo polar somete a sus trabajadores (tanto en su presidencia, como la de su hijo) , ve como algo sumamente bueno que construyera campos habitacionales para los trabajadores, sin entender que estos campos habitacionales era para separar a “sus” trabajadores del resto de la clase, convertirlos en seres sumisos, en fin, buenos trabajadores para el capital. Este ejemplo lo trajo para Guayana el señor Sucre Figueredo, lo que permitió dividir al movimiento de trabajadores y bajar la capacidad de combate de la clase, que no solo combatía en la fábrica, sino que estas batallas de clase se daba también en las barriadas de San Félix, haciendo de las luchas obreras luchas insurrecciónales de los sectores explotados contra los patronos.
Veamos entonces la matriz o planteamientos referenciales que se plantean sectores del gobierno en la actual coyuntura:
• El proceso niega soterradamente la lucha de clase.
• No hay sujeto revolucionario.
• El referente es el socialismo a la venezolana, que no se sabe que es.
• Del legado de Chávez se saca para el debate sus primeros escritos y discursos (tercera vía).
• Se consolida el viejo estado burgués y se matiza con las comunas, incorporando o subordinando estas a la estructura del viejo estado.
• El partido (que no existe orgánicamente) se mantiene como maquinaria electoral y aparato donde se expresan burocráticamente las fracciones de poder (nomenclatura), esta dirección política está cada vez más separada de la cotidianidad política del proceso como su dinámica social.
• Esta dirección política trata de parecerse a los sectores de la pequeña burguesía y burguesía (creando una imagen de inclusión) separándose cada vez más de la cultura política de los explotados, sectores que han mantenido en su hombro el proceso revolucionario.
• Las políticas económicas siguen favoreciendo a los sectores de la burguesía importadora (lumpen burguesía), golpeando al salario del trabajador, cercando la posibilidad de desarrollar fuerza productiva desde los sectores populares bajo su control y necesidades.
• En lo económico, comienzan aplicar ajuste, recorte al gasto social, devaluaciones disfrazadas.
• Los medios audiovisuales, radiales y escritos son repetidores de las diversas fracciones bolivarianas, en vez de ser medio abierto al debate revolucionario, que permita el avance político ideológico del pueblo, hablamos de medios que con una pedagogía critica y revolucionaria sean el acompañante de la revolución.
Hoy tratan de abrir un debate sobre la gestión dentro del proceso dentro del movimiento de los trabajadores, sin discutir el problema del estado, elemento fundamental para la construcción del socialismo, se pueden hacer gestiones democráticas, participativas y honestas que en definitiva pueden consolidar la lógica de dominio si esta no apunta a la lucha contra el estado burgués, por lo tanto la discusión de la gestión debe estar unida a la destrucción de este estado y a la construcción de nuevas relaciones de producción que permita la construcción de la sociedad socialista.
Entender que la relaciones sociales del capital son tan poderosas que si le permitimos un “tantico así” terminan hegemonizando lo nuevo, como ejemplo tenemos las misiones de salud, educación etc., que mientras estaba bajo la dinámica popular profundizaban la lucha de clases, la burguesía no las reconocía, era un combate entre nuevas s de organización sostenidas desde los sectores populares en su propia dinámica de avance y retroceso, pero cuando estas pasaron a ser parte del estado, no solo se burocratizaron sino que terminaron siendo parte integrante del estado, fue hasta allí la crítica de la contrarrevolución a las misiones, no solo callaron sino que Capriles las asume en su programa de gobierno y esto fue visto como algo bueno por los sectores burocráticos y retorneros del gobierno, mientras los sectores populares quedaron fuera de la conducción política de las misiones.
Ante esta situación los revolucionarios desde las diversas corrientes, propuestas, grupales, territoriedades, colectivos en lucha, nos centramos en un debate contra la política del retorno, de conciliación de clases; desde los colectivos obreros quienes empujamos la lucha por una gestión democrática y revolucionaria de los trabajadores y sectores explotados que luchan por una verdadera emancipación, impulsando el control obrero bajo la dirección de los consejos de trabajadores, como cultura política que nos lleve a derrotar, pulverizar al estado burgués y construir nuevas relaciones políticas de producción, que permita desarrollar una democracia obrera en la construcción de la sociedad socialista, planteamos entre varias propuesta:
• Debatir sobre el carácter de la revolución y sus referentes teóricos.
• Sujetos sociales en pugna, clases, bloque sociales.
• El problema de la destrucción o pulverización del estado.
• Retomar el debate sobre el legado del compañero comandante Chávez, dándole gran valor en sus últimas líneas, como el discurso del no retorno, golpe de timón, la parte conceptual del plan patria, la propuesta de la lucha contra la lógica del capital y su reproducción, la lucha contra la división social del trabajo.
• El impulso de las comunas como autogobierno del pueblo.
• La organización y construcción de los consejos de trabajadores como el nuevo estado naciente.
• El control obrero a la producción y políticas públicas.
• Reivindicar las experiencias revolucionarias, obreras, comunitarias, de docente, comunicacional, que desde su autonomía han construidos nuevas relaciones políticas, como dualidad, que permitan ser referente para la construcción del socialismo revolucionario.
Es necesario reafirmar que nuestra revolución es parte de la revolución continental, que tiene un carácter antimperialista, por tanto el internacionalismo va mas allá de acuerdos entre gobiernos, debemos impulsar con fuerza la unidad continental de los pueblos en lucha que permitan las victorias de NuestrAmerica por el socialismo
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