El exgobernante brasileño Luiz Inácio Lula da Silva insistió hoy en que aprobar el impedimento de la presidenta Dilma Rousseff sin la existencia de un crimen de responsabilidad constituye un golpe contra la institucionalidad.
Es muy importante no jugar con la democracia, subrayó el fundador del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en un encuentro con periodistas extranjeros en el que además culpó a la oposición y a algunos medios nacionales de comunicación por generar odio durante recientes protestas antigubernamentales.
Refiriéndose a la posibilidad de una ruptura con el PT por parte de su mayor aliado, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), Lula consideró que aún en esas condiciones Rousseff podría gobernar.
El exdignatario, quien fue nombrado hace dos semanas como nuevo ministro-jefe de la Casa Civil y aún no pudo asumir el cargo por maniobras judiciales de la oposición, admitió que si no llegara a ocupar el puesto quería servir como asesor económico de la jefa de Estado.
En ese sentido, abogó por la adopción de medidas que permitan reactivar la economía, entre éstas algunas exenciones tributarias, y apostó al diseño de una estrategia para destacar el potencial del mercado interno del país, detalló el periódico digital Brasil 247.
A solo horas de la reunión del directorio nacional del PMDB, prevista para la tarde de este martes, el jefe de la bancada del PT en la Cámara de Diputados, José Guimaraes, señaló al presidente pemebedista y vicepresidente de la Repúbica, Michel Temer, como líder del golpe que se fragua para coartar el mandato constitucional de Rousseff.
Guimaraes considero además que, aún cuando Temer "esté en el comando de esa operación", es poco probable que los senadores y diputados del PMDB quieran renunciar a los enormes espacios que ellos tienen en el gobierno.
El PMDB es el segundo partido más representado en la Cámara de Diputados, con 66 miembros, y cuenta también con 19 senadores. Además, ocupa la Vicepresidencia de la República, gobierna siete estados y mil 22 municipalidades, y lleva las riendas de seis ministerios.
En recientes declaraciones, la presidenta Dilma Rousseff manifestó su deseo de que ese partido permaneciera en el gobierno, pero advirtió que respetará cualquier decisión adoptada por su directorio nacional.
De acuerdo con la Agencia Brasil, los seis ministros del PMDB se reunirán el próximo miércoles, después de la votación de la junta nacional, para definir una posición respecto a lo que decida el partido.
Figuras de peso en las filas de esa agrupación anticiparon que la salida del gobierno es un hecho prácticamente consumado.
Según el exministro de Aviación Civil y brazo derecho de Temer, Eliseu Padilha, solo la intención expresa de cada una de las dos agrupaciones políticas de concurrir a las elecciones presidenciales de 2018 con un candidato propio les imposibilita continuar juntas.
Padilha recordó en una entrevista concedida al Jornal do Comercio que en el reciente congreso pemebedista fueron seis horas de micrófono abierto durante las cuales la crítica al Ejecutivo y el clamor por el rompimiento resultaron una constante.