Marea Socialista Caracas se pronuncia sobre el aumento del pasaje y plantea la necesidad de un sistema publico de transporte. A continuación el comunicado que enviaron a la redacción de Aporrea.org
No al aumento desmedido del Pasaje. Por un sistema de transporte público y de calidad
El pasado lunes 21 de Marzo, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Luis Sauce, daba detalles sobre el aumento del pasaje mínimo de transporte a nivel nacional. Informaba que para Caracas este se aplicará en tres partes "este mes a Bs. 35, para agosto Bs. 45 y en noviembre a Bs. 50". La medida fue publicada en Gaceta Oficial N° 6.221, de fecha 17 de marzo de 2016, y que según Luis sauce, esta surgió como resultado de las distintas mesas de trabajo con el sector transporte del país.
Una vez más el pueblo venezolano es víctima de una fuerte medida económica en una fecha de asueto. Antes del comienzo de una larga semana santa, los venezolanos pagaban 20bsf por viaje, y en los próximos días estarán pagando casi el doble para llegar a sus destinos.
Duro ajuste al bolsillo de los venezolanos
Sin duda, esta medida de ajuste es un duro golpe al bolsillo de los venezolanos de a pie. En agosto el pasaje habrá aumentado en un 125%, respecto al mes de Enero. Solo por plantear el ejemplo común de una persona que tenga que tomar un autobús (o “camioneta”) y el metro para llegar a su destino laboral, gastaría mensualmente 1716 bsf, si consideramos 22 días de trabajo mensual. Es decir, que cientos miles de caraqueños que perciben salario mínimo deben gastar aproximadamente 15% del mismo únicamente en transporte. Esto, sin tomar en cuenta casos más graves, como el de personas que viven en Carrizal, Guatire u otras zonas aledañas, que deben pagar 216 bsf. diarios para llegar a la Gran Caracas y regresar a sus hogares. Y la situación empeora para aquellos que viven en Cúa, Charallave, Los Teques, Santa Teresa, y muchos otros destinos en los que los usuarios deben pagar pasajes superiores a los 130bsf. Son cientos de miles de personas que residen fuera de la Gran Caracas y deben viajar diariamente a cumplir labores en la Capital.
Lo peor es que el gobierno “revolucionario” ha reafirmado en repetidas ocasiones que esta medida ha sido acordada con los transportistas y está justificada. Es decir, que el ministerio del transporte, apoyado por Miguel Perez Abad (Ministro de Industria Comercio), decidió, a puerta cerrada, favorecer al sector privado de transporte, que ofrece un servicio de pésima calidad, y aplicar un duro ajuste contra el pueblo venezolano. Desde enero, comités de usuarios vienen denunciando que un aumento de 40 bsf. es algo insostenible e injustificado. Y al mes, Sauce anuncia la aprobación del aumento en gaceta oficial, que llevará el pasaje a 45bsf en Agosto. Es una medida que hasta limita el contacto de familias que viven en diferentes estados, ya que solo por citar un caso, un pasaje (solo ida) de Caracas a San Cristóbal (estado Táchira) pasó de 957 bsf. a 2403 bsf., y para finales de noviembre ya estará en 3455 bsf.
Un sistema “alternativo” inexistente
De manera descarada y cínica el ministro afirma que, para aquellos que les cueste pagar esos precios, existen otras alternativas. Afirma que “se crearon más de 60 operadoras de transporte a nivel nacional, tenemos más de 386 rutas en todo el país, y sistemas de buses de tránsito rápido como el de Anzoátegui”. Eso que él denomina “alternativas” cubre a penas mínimas rutas y vías de transporte, de todo el entramado a nivel nacional que usan los venezolanos a diario para transportarse a sus sitios de trabajo, recintos educativos y hogares. Estos sistemas, por el aumento desmedido del pasaje desde el 2014, están sobrepasando su capacidad y llegando al colapso. En muchos casos, usuarios pueden llegar a esperar hasta 45 minutos para abordar una unidad en horas pico, porque estas se encuentran a su máxima capacidad o porque en ocasiones no ha arribado ninguna a la parada.
Nuevamente se repite el error cometido con las misiones sociales. Durante años se pretendió que la misión barrio adentro superara de alguna manera al servicio privado de salud, a pesar de que más del 60% del presupuesto del ministerio de salud se destinaba a pagar seguros y HCM. Nunca se buscó desmantelar el servicio perverso de la medicina privada, y a su vez construir un sistema único de salud público, de calidad y eficiente; y hoy barrio adentro (lamentablemente) está desmantelado y presta un servicio precario, salvo una que otra excepción.
Con el transporte viene ocurriendo algo similar. Esta medida del gobierno está destinada al fracaso. Al no existir producción de autobuses y repuestos a nivel nacional, el sistema “alternativo” ira decayendo hasta que deje de funcionar. Prueba de esto es el decaimiento que ha tenido la empresa estatal SITSSA o de las decenas de cementerios de autobuses que se pueden observar en el país. Unidades paradas por falta de repuestos.
El gobierno favorece un sistema privado y anacrónico
Tiempo atrás, era común escuchar exigencias de aumento del pasaje por parte de los transportistas y siempre se les otorgaba un aumento menor al que exigían. En los últimos 2 años esta práctica se ha hecho más recurrente y se le han aprobado montos muy cercanos a los exigidos, a lo que habría que agregar un empeoramiento sustancial del servicio. A diario los usuarios están obligados a usar unidades deterioradas que generan una alta contaminación ambiental. Además, se suma el maltrato que sufren en muchos casos los estudiantes y personas de la tercera edad, por el subsidio y exoneración del pasaje respectivamente, además de la inseguridad que se vive en cotidianamente en estas unidades.
Según comités de usuarios, de distintos sectores de Caracas, más del 80% de la flota actual, usa gasoil como combustible, y la gran mayoría de la flota de autobuses tiene más de 20 años de uso. Los transportistas no son dueños de los vehículos, y deben pagar al propietario más del 40% de lo que generan diariamente. Presuntamente, solo con el pasaje a 20bsf el dueño de un autobús podía llegar a percibir más de 120.000bsf mensuales.
El vicepresidente de la Plataforma Bolivariana de Transporte, Félix Jaramillo, afirma que miles de buseteros “no tienen conciencia” del papel que desempeñan en la sociedad, por tanto a pesar del incremento del pasaje mínimo a 35 bolívares “no estamos preparados para brindar un servicio de calidad”.
Con el aumento el gobierno favorece directamente a un sector de propietarios parásitos que viven a costa del esfuerzo de otros. Ante preguntas sobre la calidad del sistema o los planteamientos para luchar contra los piratas, Sauce evade el tema diciendo que vienen millonarias inversiones, nuevas rutas rápidas y que el gobierno ha empezado a sustituir cientos de unidades viejas por nuevas. Mantiene la cultura rentista de seguir importando, satisfacer las necesidades de las mafias que controlan el transporte a nivel nacional y de que la calidad de vida de los venezolanos empeore a diario.
Basta de maltrato, altos precios y pésimo servicio
El aumento del pasaje no tiene justificación. Es una medida una medida anti-popular de corte neoliberal que repercute en la inflación y estimula la escalada usurera de los precios de todo. Esta, acompañada de otras medidas como la aprobación progresiva del aumento de precios en todos los rubros de primera necesidad, pago sostenido de la deuda externa, y flexibilización del control cambiario y otorgamiento de divisas, por nombrar solo algunas, demuestran que el gobierno está sumergido en una lógica de que la crisis la paguen los trabajadores. En vez de buscar medidas a corto, mediano y largo plazo para construir un sistema de transporte público, de calidad y eficiente, el gobierno opta por favorecer a pequeños grupos que se enriquecen a costa de millones de personas.
El transporte público terrestre no tiene por qué ser un vía-crucis. La ausencia de un sistema planificado y centralizado de manera pública ha generado el aumento del transporte privado y ha llevado a diversos sectores sociales a la adquisición desmedida y anárquica de autos y motos, generando tráfico, contaminación y caos. La situación prácticamente invivible de las ciudades principales del país, así como las políticas de importación y adquisición de autos (entre las cuales se encuentran jugosos negocios en el manejo de dólares tanto para privados como estatales) aleja la posibilidad de empezar a construir un sistema público de transporte. Desde Marea Socialista creemos firmemente en la necesidad de dar este debate con todos los sectores involucrados, poniendo en el centro de las necesidades un manejo eficiente de los recursos, donde se priorice la seguridad y economía de los que usan diariamente estos medios para llegar a sus trabajos y regresar a sus hogares.
Una vez más el pueblo venezolano es víctima de una fuerte medida económica en una fecha de asueto. Antes del comienzo de una larga semana santa, los venezolanos pagaban 20bsf por viaje, y en los próximos días estarán pagando casi el doble para llegar a sus destinos.
Duro ajuste al bolsillo de los venezolanos
Sin duda, esta medida de ajuste es un duro golpe al bolsillo de los venezolanos de a pie. En agosto el pasaje habrá aumentado en un 125%, respecto al mes de Enero. Solo por plantear el ejemplo común de una persona que tenga que tomar un autobús (o “camioneta”) y el metro para llegar a su destino laboral, gastaría mensualmente 1716 bsf, si consideramos 22 días de trabajo mensual. Es decir, que cientos miles de caraqueños que perciben salario mínimo deben gastar aproximadamente 15% del mismo únicamente en transporte. Esto, sin tomar en cuenta casos más graves, como el de personas que viven en Carrizal, Guatire u otras zonas aledañas, que deben pagar 216 bsf. diarios para llegar a la Gran Caracas y regresar a sus hogares. Y la situación empeora para aquellos que viven en Cúa, Charallave, Los Teques, Santa Teresa, y muchos otros destinos en los que los usuarios deben pagar pasajes superiores a los 130bsf. Son cientos de miles de personas que residen fuera de la Gran Caracas y deben viajar diariamente a cumplir labores en la Capital.
Lo peor es que el gobierno “revolucionario” ha reafirmado en repetidas ocasiones que esta medida ha sido acordada con los transportistas y está justificada. Es decir, que el ministerio del transporte, apoyado por Miguel Perez Abad (Ministro de Industria Comercio), decidió, a puerta cerrada, favorecer al sector privado de transporte, que ofrece un servicio de pésima calidad, y aplicar un duro ajuste contra el pueblo venezolano. Desde enero, comités de usuarios vienen denunciando que un aumento de 40 bsf. es algo insostenible e injustificado. Y al mes, Sauce anuncia la aprobación del aumento en gaceta oficial, que llevará el pasaje a 45bsf en Agosto. Es una medida que hasta limita el contacto de familias que viven en diferentes estados, ya que solo por citar un caso, un pasaje (solo ida) de Caracas a San Cristóbal (estado Táchira) pasó de 957 bsf. a 2403 bsf., y para finales de noviembre ya estará en 3455 bsf.
Un sistema “alternativo” inexistente
De manera descarada y cínica el ministro afirma que, para aquellos que les cueste pagar esos precios, existen otras alternativas. Afirma que “se crearon más de 60 operadoras de transporte a nivel nacional, tenemos más de 386 rutas en todo el país, y sistemas de buses de tránsito rápido como el de Anzoátegui”. Eso que él denomina “alternativas” cubre a penas mínimas rutas y vías de transporte, de todo el entramado a nivel nacional que usan los venezolanos a diario para transportarse a sus sitios de trabajo, recintos educativos y hogares. Estos sistemas, por el aumento desmedido del pasaje desde el 2014, están sobrepasando su capacidad y llegando al colapso. En muchos casos, usuarios pueden llegar a esperar hasta 45 minutos para abordar una unidad en horas pico, porque estas se encuentran a su máxima capacidad o porque en ocasiones no ha arribado ninguna a la parada.
Nuevamente se repite el error cometido con las misiones sociales. Durante años se pretendió que la misión barrio adentro superara de alguna manera al servicio privado de salud, a pesar de que más del 60% del presupuesto del ministerio de salud se destinaba a pagar seguros y HCM. Nunca se buscó desmantelar el servicio perverso de la medicina privada, y a su vez construir un sistema único de salud público, de calidad y eficiente; y hoy barrio adentro (lamentablemente) está desmantelado y presta un servicio precario, salvo una que otra excepción.
Con el transporte viene ocurriendo algo similar. Esta medida del gobierno está destinada al fracaso. Al no existir producción de autobuses y repuestos a nivel nacional, el sistema “alternativo” ira decayendo hasta que deje de funcionar. Prueba de esto es el decaimiento que ha tenido la empresa estatal SITSSA o de las decenas de cementerios de autobuses que se pueden observar en el país. Unidades paradas por falta de repuestos.
El gobierno favorece un sistema privado y anacrónico
Tiempo atrás, era común escuchar exigencias de aumento del pasaje por parte de los transportistas y siempre se les otorgaba un aumento menor al que exigían. En los últimos 2 años esta práctica se ha hecho más recurrente y se le han aprobado montos muy cercanos a los exigidos, a lo que habría que agregar un empeoramiento sustancial del servicio. A diario los usuarios están obligados a usar unidades deterioradas que generan una alta contaminación ambiental. Además, se suma el maltrato que sufren en muchos casos los estudiantes y personas de la tercera edad, por el subsidio y exoneración del pasaje respectivamente, además de la inseguridad que se vive en cotidianamente en estas unidades.
Según comités de usuarios, de distintos sectores de Caracas, más del 80% de la flota actual, usa gasoil como combustible, y la gran mayoría de la flota de autobuses tiene más de 20 años de uso. Los transportistas no son dueños de los vehículos, y deben pagar al propietario más del 40% de lo que generan diariamente. Presuntamente, solo con el pasaje a 20bsf el dueño de un autobús podía llegar a percibir más de 120.000bsf mensuales.
El vicepresidente de la Plataforma Bolivariana de Transporte, Félix Jaramillo, afirma que miles de buseteros “no tienen conciencia” del papel que desempeñan en la sociedad, por tanto a pesar del incremento del pasaje mínimo a 35 bolívares “no estamos preparados para brindar un servicio de calidad”.
Con el aumento el gobierno favorece directamente a un sector de propietarios parásitos que viven a costa del esfuerzo de otros. Ante preguntas sobre la calidad del sistema o los planteamientos para luchar contra los piratas, Sauce evade el tema diciendo que vienen millonarias inversiones, nuevas rutas rápidas y que el gobierno ha empezado a sustituir cientos de unidades viejas por nuevas. Mantiene la cultura rentista de seguir importando, satisfacer las necesidades de las mafias que controlan el transporte a nivel nacional y de que la calidad de vida de los venezolanos empeore a diario.
Basta de maltrato, altos precios y pésimo servicio
El aumento del pasaje no tiene justificación. Es una medida una medida anti-popular de corte neoliberal que repercute en la inflación y estimula la escalada usurera de los precios de todo. Esta, acompañada de otras medidas como la aprobación progresiva del aumento de precios en todos los rubros de primera necesidad, pago sostenido de la deuda externa, y flexibilización del control cambiario y otorgamiento de divisas, por nombrar solo algunas, demuestran que el gobierno está sumergido en una lógica de que la crisis la paguen los trabajadores. En vez de buscar medidas a corto, mediano y largo plazo para construir un sistema de transporte público, de calidad y eficiente, el gobierno opta por favorecer a pequeños grupos que se enriquecen a costa de millones de personas.
El transporte público terrestre no tiene por qué ser un vía-crucis. La ausencia de un sistema planificado y centralizado de manera pública ha generado el aumento del transporte privado y ha llevado a diversos sectores sociales a la adquisición desmedida y anárquica de autos y motos, generando tráfico, contaminación y caos. La situación prácticamente invivible de las ciudades principales del país, así como las políticas de importación y adquisición de autos (entre las cuales se encuentran jugosos negocios en el manejo de dólares tanto para privados como estatales) aleja la posibilidad de empezar a construir un sistema público de transporte. Desde Marea Socialista creemos firmemente en la necesidad de dar este debate con todos los sectores involucrados, poniendo en el centro de las necesidades un manejo eficiente de los recursos, donde se priorice la seguridad y economía de los que usan diariamente estos medios para llegar a sus trabajos y regresar a sus hogares.