“La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.” Proverbios 15:4 (RVR1960)
La lengua es uno de los miembros más importantes del cuerpo humano que nos permite comunicarnos unos con otros, pero a la vez se torna peligrosa si se le da un mal uso.
¿Alguna vez te has metido en problemas por el descontrol de tu lengua?
Existen personas que se enredan en conflictos porque hablan mucho, otros porque hablan poco, algunos porque cada vez que hablan ofenden y en el peor de los casos hay quienes comentan lo que no les compete y lo más triste es que cuando lo expresan lo adornan con otras palabras, gestos y posiblemente con malas intenciones.
En el carta de Santiago, se compara el daño que puede causar la lengua con una llama de fuego, por ello debemos tener cuidado con lo que decimos, pensando siempre en las consecuencias, ya que algunas palabras expresadas con enojo, pueden destruir una relación que necesitó años para establecerse.
A lo largo de mi vida he visto cómo ministerios, familias, matrimonios y amistades han sido destruidos por causa de unas cuantas palabras que fueron pronunciadas con imprudencia.
Si en verdad queremos terminar con este mal, revisemos primero cómo está nuestro corazón, porque es ahí donde se inicia todo, en Mateo 12:34 (NBLH) se menciona: “…
Porque de la abundancia del corazón habla la boca.” La lengua sólo es un instrumento más, pero donde en realidad radica el problema es en el corazón.
Hoy quiero animarte a abandonar todo pensamiento que divide y con toda la sinceridad de tu corazón puedas acercarte a Dios para que transforme tu ser, sin duda, Él es el más interesado en hacer cambios en ti de adentro hacia afuera, porque cuando el Espíritu Santo purifica nuestros corazones también nos da dominio propio, de modo que podamos decir palabras que agradan a Dios.
Por nada permitas que el enemigo te incite a darle mal uso a tu lengua; antes de decir algo, piensa si lo que saldrán de tus labios edifica o destruye.
“Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” Mateo 12:36 (RVR1960)
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
La lengua es uno de los miembros más importantes del cuerpo humano que nos permite comunicarnos unos con otros, pero a la vez se torna peligrosa si se le da un mal uso.
¿Alguna vez te has metido en problemas por el descontrol de tu lengua?
Existen personas que se enredan en conflictos porque hablan mucho, otros porque hablan poco, algunos porque cada vez que hablan ofenden y en el peor de los casos hay quienes comentan lo que no les compete y lo más triste es que cuando lo expresan lo adornan con otras palabras, gestos y posiblemente con malas intenciones.
En el carta de Santiago, se compara el daño que puede causar la lengua con una llama de fuego, por ello debemos tener cuidado con lo que decimos, pensando siempre en las consecuencias, ya que algunas palabras expresadas con enojo, pueden destruir una relación que necesitó años para establecerse.
A lo largo de mi vida he visto cómo ministerios, familias, matrimonios y amistades han sido destruidos por causa de unas cuantas palabras que fueron pronunciadas con imprudencia.
Si en verdad queremos terminar con este mal, revisemos primero cómo está nuestro corazón, porque es ahí donde se inicia todo, en Mateo 12:34 (NBLH) se menciona: “…
Porque de la abundancia del corazón habla la boca.” La lengua sólo es un instrumento más, pero donde en realidad radica el problema es en el corazón.
Hoy quiero animarte a abandonar todo pensamiento que divide y con toda la sinceridad de tu corazón puedas acercarte a Dios para que transforme tu ser, sin duda, Él es el más interesado en hacer cambios en ti de adentro hacia afuera, porque cuando el Espíritu Santo purifica nuestros corazones también nos da dominio propio, de modo que podamos decir palabras que agradan a Dios.
Por nada permitas que el enemigo te incite a darle mal uso a tu lengua; antes de decir algo, piensa si lo que saldrán de tus labios edifica o destruye.
“Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” Mateo 12:36 (RVR1960)
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
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