Caracas, 11 Oct. AVN.- La Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus
siglas en inglés), reportó que en Latinoamérica 49 millones de personas
pasan hambre, según un estudio sobre el bienio 2010-2012, lo que
representa un descenso de 16 millones de personas, en relación con un
informe presentado para el período 1990 y 1992.
De los 49 millones de personas, siete millones están en los países caribeños, mientras que el resto se encuentra en los demás países de América Latina, de acuerdo con el informe de la FAO denominado El Estado de la inseguridad Alimentaria en el Mundo.
En función de estos datos, explicó la FAO, la región de Latinoamérica y el Caribe está en el camino para lograr sus metas de reducción de la hambruna fijadas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que persigue para 2015 reducir a la mitad la proporción de personas que pasan hambre en el mundo.
El informe señala que los países de Latinoamérica que ya han cumplido o que se estima cumplan con los objetivos fijados para 2015 son Cuba y República Dominicana, en el área del Caribe, y Argentina, Brasil, Chile, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela, en la parte continental.
Por el contrario, la FAO registró un avance insuficiente en países como Haití, Bolivia, Colombia, Ecuador y El Salvador, mientras que en Costa Rica, Guatemala y Paraguay no se ha registrado avance y, en algunos casos, ha habido un deterioro.
A escala mundial, la FAO estima que hay casi 870 millones de personas desnutridas y que las regiones más afectadas por el hambre son el sudeste asiático, con 304 millones, el África subsahariana, con 234 millones, y Asia oriental, con 167 millones.
La mencionada organización internacional reportó que en septiembre se registró un índice de precios de los alimentos de 216 puntos, lo que representa un incremento de tres puntos (1,4%) con respecto a los precios de agosto.
El repunte fue impulsado principalmente por un alza en los precios de los productos lácteos, carne y un aumento moderado del precio de los cereales. Sin embargo, los precios del azúcar y los aceites disminuyeron.
Medidas para enfrentar la crisis alimentaria
Para disminuir los precios y aumentar el consumo de alimentos, Gobierno venezolano ha puesto en marcha diversos programas sociales, con la finalidad de garantizar el acceso a los alimentos, elevar la calidad de vida de los venezolanos, así como evitar el acaparamiento y la especulación.
Un claro ejemplo de ello es el programa Casas de Alimentación, que impulsa el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación (Minal), a través de la Fundación Programa de Alimentos Estratégicos (Fundaproal), con la finalidad de disminuir los índices de pobreza y reducir los problemas en el acceso a los alimentos.
Estos espacios suministran gratuitamente, de lunes a viernes, almuerzos y meriendas balanceados a mujeres embarazadas, niños, niñas, adolescentes, adultos mayores y personas en situación de calle.
Además de suministrar alimento nutritivo, las Casas de Alimentación incorporan en el aparato productivo nacional a los nómadas y personas en situación de riesgo. Para ello, cuenta con el apoyo del Ministerio del Poder Popular para la Salud, del Ministerio del Poder Popular para la Educación y del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social, a través de la Misión Negra Hipólita.
Igualmente, el Gobierno Nacional ha creado el Programa de Alimentación Escolar (PAE), el cual tiene como propósito garantizar la atención alimenticia y nutricional a la población de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que forman parte del sistema educativo venezolano.
Entre las modalidades alimenticias que ofrece el PAE está la garantía de desayuno, almuerzo y merienda en los centros de educación inicial y escuelas bolivarianas donde se imparten hasta ocho horas académicas.
Además de desayunos y almuerzos, la empresa socialista Lácteos Los Andes entrega diariamente 93.343 vasos de leche a niños y niñas de todo el país.
Adicionalmente, en los 13.418 puntos de venta de la red de Mercados de Alimentos (Mercal) y los 831 establecimientos de la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), los consumidores pueden adquirir productos de la canasta alimentaria, tales como arroz, pasta, leche en polvo, harina de maíz precocida, productos lácteos, carne, pollo, pescado, carne de cerdo, frutas, verduras, hortalizas, aceite, margarina, azúcar, enlatados, jugos, embutidos, salsas, entre otros productos, más económicos que en supermercados privados.
Dichas acciones han generado que el índice de desnutrición infantil (niños menores de cinco años) en Venezuela se redujera 62% en 13 años, al pasar de 7,66%, en 1990, a 2,90%, en 2011, refleja un estudio realizado por el Instituto Nacional de Nutrición (INN).
Igualmente, un informe realizado por el INN revela que la disponibilidad energética en la dieta del venezolano diaria aumentó 49,6%, al pasar de 2.127 calorías, en 1999, a 3.182 calorías, en 2011.
De la misma forma, el estudio reflejó que la disponibilidad energética diaria durante la cuarta República se ubicó en 2.127, es decir, 573 calorías disponibles por debajo de las 2.700 calorías mínimas recomendadas por la FAO.
Más alimentación y menos pobreza
Producto de los planes y programas que adelanta el Gobierno Nacional, se redujo a la mitad el porcentaje de hogares pobres en el país, que pasó del 43,9% registrado en 1998 a 26,7%, en 2011, reveló un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Dicha tendencia solamente se vio vulnerada entre 2002 y 2003, años del golpe de Estado y sabotaje petrolero impulsado por la derecha venezolana, cuando se incrementó a 55% la pobreza en el país.
Una vez superado este período, los efectos de la inversión social resultaron incrementados con la creación de las misiones, que han servido para atender las necesidades de salud, educación, seguridad, alimentación y recreación de la población venezolana.
El referido estudio registra que entre 2002 y 2011 los hogares en situación de pobreza, calculado según necesidades básicas insatisfechas, disminuyó en 10 puntos porcentuales mientras que la pobreza extrema descendió 6,8%.
Entretanto, los hogares en pobreza extrema, cuyos ingresos se ubican por debajo del costo de la Canasta Básica Alimentaria, descendieron de 25%, en 2003, a 7%, para 2011.
De los 49 millones de personas, siete millones están en los países caribeños, mientras que el resto se encuentra en los demás países de América Latina, de acuerdo con el informe de la FAO denominado El Estado de la inseguridad Alimentaria en el Mundo.
En función de estos datos, explicó la FAO, la región de Latinoamérica y el Caribe está en el camino para lograr sus metas de reducción de la hambruna fijadas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que persigue para 2015 reducir a la mitad la proporción de personas que pasan hambre en el mundo.
El informe señala que los países de Latinoamérica que ya han cumplido o que se estima cumplan con los objetivos fijados para 2015 son Cuba y República Dominicana, en el área del Caribe, y Argentina, Brasil, Chile, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela, en la parte continental.
Por el contrario, la FAO registró un avance insuficiente en países como Haití, Bolivia, Colombia, Ecuador y El Salvador, mientras que en Costa Rica, Guatemala y Paraguay no se ha registrado avance y, en algunos casos, ha habido un deterioro.
A escala mundial, la FAO estima que hay casi 870 millones de personas desnutridas y que las regiones más afectadas por el hambre son el sudeste asiático, con 304 millones, el África subsahariana, con 234 millones, y Asia oriental, con 167 millones.
La mencionada organización internacional reportó que en septiembre se registró un índice de precios de los alimentos de 216 puntos, lo que representa un incremento de tres puntos (1,4%) con respecto a los precios de agosto.
El repunte fue impulsado principalmente por un alza en los precios de los productos lácteos, carne y un aumento moderado del precio de los cereales. Sin embargo, los precios del azúcar y los aceites disminuyeron.
Medidas para enfrentar la crisis alimentaria
Para disminuir los precios y aumentar el consumo de alimentos, Gobierno venezolano ha puesto en marcha diversos programas sociales, con la finalidad de garantizar el acceso a los alimentos, elevar la calidad de vida de los venezolanos, así como evitar el acaparamiento y la especulación.
Un claro ejemplo de ello es el programa Casas de Alimentación, que impulsa el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación (Minal), a través de la Fundación Programa de Alimentos Estratégicos (Fundaproal), con la finalidad de disminuir los índices de pobreza y reducir los problemas en el acceso a los alimentos.
Estos espacios suministran gratuitamente, de lunes a viernes, almuerzos y meriendas balanceados a mujeres embarazadas, niños, niñas, adolescentes, adultos mayores y personas en situación de calle.
Además de suministrar alimento nutritivo, las Casas de Alimentación incorporan en el aparato productivo nacional a los nómadas y personas en situación de riesgo. Para ello, cuenta con el apoyo del Ministerio del Poder Popular para la Salud, del Ministerio del Poder Popular para la Educación y del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social, a través de la Misión Negra Hipólita.
Igualmente, el Gobierno Nacional ha creado el Programa de Alimentación Escolar (PAE), el cual tiene como propósito garantizar la atención alimenticia y nutricional a la población de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que forman parte del sistema educativo venezolano.
Entre las modalidades alimenticias que ofrece el PAE está la garantía de desayuno, almuerzo y merienda en los centros de educación inicial y escuelas bolivarianas donde se imparten hasta ocho horas académicas.
Además de desayunos y almuerzos, la empresa socialista Lácteos Los Andes entrega diariamente 93.343 vasos de leche a niños y niñas de todo el país.
Adicionalmente, en los 13.418 puntos de venta de la red de Mercados de Alimentos (Mercal) y los 831 establecimientos de la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), los consumidores pueden adquirir productos de la canasta alimentaria, tales como arroz, pasta, leche en polvo, harina de maíz precocida, productos lácteos, carne, pollo, pescado, carne de cerdo, frutas, verduras, hortalizas, aceite, margarina, azúcar, enlatados, jugos, embutidos, salsas, entre otros productos, más económicos que en supermercados privados.
Dichas acciones han generado que el índice de desnutrición infantil (niños menores de cinco años) en Venezuela se redujera 62% en 13 años, al pasar de 7,66%, en 1990, a 2,90%, en 2011, refleja un estudio realizado por el Instituto Nacional de Nutrición (INN).
Igualmente, un informe realizado por el INN revela que la disponibilidad energética en la dieta del venezolano diaria aumentó 49,6%, al pasar de 2.127 calorías, en 1999, a 3.182 calorías, en 2011.
De la misma forma, el estudio reflejó que la disponibilidad energética diaria durante la cuarta República se ubicó en 2.127, es decir, 573 calorías disponibles por debajo de las 2.700 calorías mínimas recomendadas por la FAO.
Más alimentación y menos pobreza
Producto de los planes y programas que adelanta el Gobierno Nacional, se redujo a la mitad el porcentaje de hogares pobres en el país, que pasó del 43,9% registrado en 1998 a 26,7%, en 2011, reveló un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Dicha tendencia solamente se vio vulnerada entre 2002 y 2003, años del golpe de Estado y sabotaje petrolero impulsado por la derecha venezolana, cuando se incrementó a 55% la pobreza en el país.
Una vez superado este período, los efectos de la inversión social resultaron incrementados con la creación de las misiones, que han servido para atender las necesidades de salud, educación, seguridad, alimentación y recreación de la población venezolana.
El referido estudio registra que entre 2002 y 2011 los hogares en situación de pobreza, calculado según necesidades básicas insatisfechas, disminuyó en 10 puntos porcentuales mientras que la pobreza extrema descendió 6,8%.
Entretanto, los hogares en pobreza extrema, cuyos ingresos se ubican por debajo del costo de la Canasta Básica Alimentaria, descendieron de 25%, en 2003, a 7%, para 2011.
AVN
11/10/2012 09:33
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