El investigador y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela alertó sobre algunos aspectos planteados en el proyecto de la nueva ley de semillas que actualmente es debatido en el país. Precisó que “si planteamos el registro de semillas autóctonas le vamos a dar un duro golpe a la agricultura nacional”.
Explicó que en este momento en Venezuela se está discutiendo “una ley que puede cambiar la historia de este país para bien o para mal”.
DEBATE EN LA UBV
Pérez Pirela asistió ayer a la jornada de debate sobre la legislación que se realizó en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Al comenzar su intervención, se presentó como “un revolucionario muy preocupado por la alimentación de nuestro pueblo”.
El activista político manifestó su acuerdo con la discusión popular de esta ley y con el rechazo frontal que ha planteado respecto al ingreso de transgénicos al país. Sin embargo, expresó, “me preocupa que por otra puerta dejemos entrar las patentes de las semillas”.
LA SEMILLA AUTÓCTONA
Pérez Pirela sostuvo que hay que estar alertas con la legalización de la semilla autóctona. Señaló que este proceso se da “a partir de criterios burocráticos muy técnicos que hablan de un registro o una patente”.
Ese registro, indicó, implica también la prohibición de cualquier tipo de comercialización, incluso el trueque, que es utilizado ancestralmente por los agricultores para hacer una transferencia de conocimiento popular.
“Al patentar simplemente estamos diciendo que las semillas válidas para ser sembradas son las que han sido registradas”, alegó.
Asimismo, enfatizó que “si permitimos que se patenten las semillas autóctonas, nosotros estamos entregando a las transnacionales nuestros campos, nuestra comida y el futuro de la alimentación venezolana”.
LEVANTAR LA VOZ
Ante esta situación, Pérez Pirela exhortó a que “levantemos nuestra voz para que en el proyecto que en estos momentos están en discusión en la Asamblea esclarezca el articulado relacionado al tema de las patentes”.
Aclaró que “no se trata de una declaración de guerra, sino simplemente de hacer lo que haría Chávez: Democracia participativa y protagónica”.
Pérez Pirela agregó que es fundamental que la población se entere de que lo que se está discutiendo es “la posibilidad de que seamos soberanos en los próximos años y que no se haga de nuestros agricultores unos delincuentes”.
LA LÓGICA MONSANTO
En conversación con los asistentes al debate, Pérez Pirela argumentó que el registro de semilla implica la misma lógica de la transnacional Monsanto, más allá del tema genético.
“Si hace lo que se ha hecho por cientos de años – tomar la semilla para luego sembrarlas – resulta que usted es poco menos que un delincuente. ¿Es posible esto en un proceso revolucionario? ¿No estamos abriendo la puerta a las transnacionales para que determinen nuestra alimentación?”, cuestionó Pérez Pirela.
Consideró que desde el punto de vista moral y epistemológico el registro de semillas podría ser interpretado como “una falta de respeto al conocimiento ancestral y endógeno de nuestros agricultores”. Si “renunciamos a nuestras semillas autóctonas, entonces estamos renunciando a la soberanía”.
LA IMPORTACIÓN
Otra preocupación expuesta por Pérez Pirela fue el de la importación. Enfatizó que “ser soberano es inversamente proporcional a la importación”.
Alertó que si se permite que las semillas autóctonas sean tratadas como los simientes del agronegocio, “en muy pocas décadas vamos a estar sufriendo las mismas calamidades de países como Colombia, Argentina y México, pero con una diferencia: que ya el mundo campesino venezolano ha sido muy golpeado y el registro sería el golpe final”.
CUESTIONAN ALGUNOS ARTÍCULOS APROBADOS
Erika Molina, profesional en Gestión Ambiental y activista de los movimientos populares, explicó que el pasado 14 de octubre se aprobó en primera discusión de la AN el proyecto de la nueva ley de semillas.
Sin embargo, indicó que el articulado no fue debatido con los movimientos populares – como se había acordado – y “hay artículos en los que -a su juicio- se criminalizan prácticas campesinas”.
Molina señaló que el artículo 87 es uno de los ejemplos. Indicó que plantea la realización de inspecciones a la producción de semilla artesanal; además de la fiscalización del almacenamiento.
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