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Funcionarios disfuncionales Por: Ángel Rafael Tortolero Leal




Ángel Rafael Tortolero Leal
El funcionario público que se aspira en Revolución, debe servir al pueblo, al estado, al gobierno y al proceso revolucionario de cambio sustancial y profundo en el que estamos inmerso los bolivarianos. En consecuencia se aspira que el funcionario se destaque por su destreza para hacer el trabajo técnico científico que le corresponde y adicionalmente acompañe su labor con un alto nivel de conciencia que lo distinga de la conducta asumida por esos empleados que se hace llamar "no político", "representantes del Estado y no militantes del proceso", "ejecutores de un trabajo" "cumplidores de un horario" "desarrolladores de carrera administrativa, sin corazón, ni pasión, entrega, ni sacrificio".

Ahora bien, esos individuos, se les ve en la totalidad de las instancias gubernamentales y en muchos caso al mando de unidades neurálgicas para el desarrollo de la revolución bolivariana, cosa que preocupa, pues por su alto nivel de inconciencia política, son susceptible de alianzas con el adversario ideológico que les inocula el veneno de la anti patria contrarrevolucionaria so pretexto que su estabilidad laboral es débil y ante un posible derrocamiento del Presidente Maduro, su única posibilidad de continuar en el cargo que ocupa, es colaborar con su indolente ineptitud en la desaparición de todo vestigio revolucionario, bolivariano y chavista.
Destaca como ejemplo, la conducta de algunos "compañeros o excompañeros" que están en la estructura del Estado. Me refiero a aquello que no solo imitan con poco éxito, los modales, formas y costumbres que impone el estado burgués y sus secuaces, sino que ejercen con eficacia suprema su distanciamiento tangible y concreto con la lucha del pueblo que deberían representar.
Indudablemente, se trata de esos que no hacen ningún esfuerzo por defender los valores de nuestro modelo político y por descarte se refugian en su investidura con un mutismo que trasciende las fronteras de su complicidad con el sabotaje.
Recientemente, preocupado por los ataques que emanan de la prensa nacional e internacional contra el gobierno del Presidente Maduro, pregunte a algunos amigos de comprobado compromiso con la lucha, por qué no se responde con contundencia y claridad desde el seno de cada institución pública y me contaron con las particularidades de cada caso, que quienes actúan como jefes no está interesado en salir a responder las acusaciones contra el Presidente Maduro y el gobierno revolucionario, pues desde el nivel central, termino con el cual se conjuga la instancia superior de los ministerios, "no hay ninguna directriz al respecto". Para nadie es un secreto que tal afirmación es falsa, pues si bien es cierto que la prudencia es una condición indispensable para el Estado, no es menos cierto que frente a la infamia, cuando hay compromiso militante, se ejerce el derecho a réplica.
Ahora lo sorprendente del caso, no es que los citados funcionarios de postín, famélicos y dogmáticos amantes de la neutralidad, se refugien en su evidente incapacidad, torpeza o deslealtad e injustamente acusen al órgano rector con mentiras, ante su evidente falta de compromiso patrio; sino que, a pesar de las nefasta consecuencia que dicha conducta acarrea, desde las instancias ministeriales, al parecer no se tomen medidas para sacar a esta castas opositoras, con el fin de reorientar la lucha con los pueblos, los grupos de apoyo organizado, los partidos políticos, los Estados y los Gobiernos amigos tal como no los enseño el Comandante Eterno.
Sin embargo, en descargo de lo antes dichos, hay que ponderar a la máxima potencia, a los que sí están, entregados al compromiso patrio por la preservación de nuestra dignidad, destacar el incansables trabajo que realizan y la mística manifiesta en la acción política revolucionario.
En todo caso, es extremadamente importante destacar que un funcionario disfuncional, es peor enemigo para la patria que un millón de bombas atómicas. Es hora de rectificar a fondo, limpiar a profundidad, retomar, reorientar y rectificar para corregir las fallas y seguir avanzando en pro de la libertad. No se trata de emprender una cazaría de brujas sino de evaluar las tropas con las que contamos y dar la pelea por elevar los niveles de eficiencia y eficacia política. El Gobierno Bolivariano del Presidente Maduro y todas las demás instancias de los poderes público, deben entrar urgentemente en una evaluación profunda de su actuación efectiva y real en los diversos ámbitos que le toca actuar, pues nuestra revolución es de origen electoral, y aunque los bolivarianos nos distinguimos por nuestro alto nivel de conciencia, es verdad que si dejamos al enemigo dentro de las estructura, continuara el mensaje contrarrevolucionario que decora la actuación de los mentados apátridas.
La recomendación es clara para el gobierno, hay que convocar a los patriotas, a los mejores, a nuestra reserva moral y política, a todo aquel que esté dispuesto para la batalla, a aquellos que además de la experticia tecno científica llevan en su corazón la impronta del legado por la libertad que nos heredó el Comandante Eterno.
Sigamos luchando que tenemos con qué, es la hora de las revolucionarias y los revolucionarios. Viva la patria, viva el Presidente Maduro, viva la Revolución Bolivariana.