Todo comenzó el pasado jueves al mediodía, cuando 30 agentes policiales encapuchados y diez de sus esposas irrumpieron por la fuerza en la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), en La Paz, y quemaron papeles, computadoras y muebles en esa institución y en la Cancillería, Palacio de Gobierno y Asamblea Legislativa, todas ubicadas en la misma manzana. Luego el viernes organizaron una marcha por varias calles de la ciudad capital.
Después que el gobierno boliviano logró acordar con los policías alzados un aumento salarial de 223 bolivianos (poco más de 30 dólares) que coloca ahora el sueldo mínimo en 290 dólares, pagar un retroactivo desde enero de este año en bonos de seguridad, solicitar al Poder Legislativo de la nación sancionar el proyecto de ley del sistema de seguridad ciudadana e incorporar la Policía al proyecto de reforma de ley 101, entre otras acciones reivindicativas y mejoras contractuales, un reducido grupo de funcionarios se resiste a regresar a su puesto de trabajo y mantiene las protestas en varias regiones del país.
El grupo que no se desmoviliza desconoce el tratado o acuerdo firmado entre las partes este domingo a las 5:00 (hora local Bolivia), después de 36 horas continuas de negociación. El corresponsal de la cadena Telesur en La Paz, Freddy Morales, explicó en un contacto informativo que el convenio fue rechazado y quemado en Tarija, Cochabamba y La Paz, lugares donde “los policías en huelga amenazan con medidas de presión más radicales”.
“El punto central del rechazo de la policía es el salarial”, explica el corresponsal de Telesur, quien además precisó que ahora los policías exigen que el aumento acordado sea sumado al sueldo básico”. En la mayoría de las capitales, los uniformados calificaron de traidores a quienes firmaron el acuerdo", pero estos a su vez alegan que “fueron obligados (...) bajo el argumento que están ante la posibilidad de un golpe de Estado y rechazan su propia firma”, reportó Freddy Morales en el mismo contacto.
Más temprano, el periodista Morales informó a través de su cuenta en Twitter @FreddyteleSUR que “los policías en huelga expulsan a golpes a oficiales del distrito policial No. 2 de La Paz”.
Después que el gobierno boliviano logró acordar con los policías alzados un aumento salarial de 223 bolivianos (poco más de 30 dólares) que coloca ahora el sueldo mínimo en 290 dólares, pagar un retroactivo desde enero de este año en bonos de seguridad, solicitar al Poder Legislativo de la nación sancionar el proyecto de ley del sistema de seguridad ciudadana e incorporar la Policía al proyecto de reforma de ley 101, entre otras acciones reivindicativas y mejoras contractuales, un reducido grupo de funcionarios se resiste a regresar a su puesto de trabajo y mantiene las protestas en varias regiones del país.
El grupo que no se desmoviliza desconoce el tratado o acuerdo firmado entre las partes este domingo a las 5:00 (hora local Bolivia), después de 36 horas continuas de negociación. El corresponsal de la cadena Telesur en La Paz, Freddy Morales, explicó en un contacto informativo que el convenio fue rechazado y quemado en Tarija, Cochabamba y La Paz, lugares donde “los policías en huelga amenazan con medidas de presión más radicales”.
“El punto central del rechazo de la policía es el salarial”, explica el corresponsal de Telesur, quien además precisó que ahora los policías exigen que el aumento acordado sea sumado al sueldo básico”. En la mayoría de las capitales, los uniformados calificaron de traidores a quienes firmaron el acuerdo", pero estos a su vez alegan que “fueron obligados (...) bajo el argumento que están ante la posibilidad de un golpe de Estado y rechazan su propia firma”, reportó Freddy Morales en el mismo contacto.
Más temprano, el periodista Morales informó a través de su cuenta en Twitter @FreddyteleSUR que “los policías en huelga expulsan a golpes a oficiales del distrito policial No. 2 de La Paz”.
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