Los monstruos surgieron de nuevo bajo el estandarte de privatizar, es decir de privar a la mayoría de los derechos conquistados en revolución como solución a la crisis económica, en buena parte ocasionada por un ataque deliberado a nuestra economía y la caída del precio del petróleo, en parte por nuestros errores, en parte por la corrupción, en parte por la falta de decisiones. Lo cierto es que la suma de esos factores ha traído como consecuencia graves dificultades a nuestro pueblo en el acceso a los bienes y servicios, desmejorando los derechos que la mayoría solo habría logrado alcanzar durante la Revolución.
Frente al malestar y la angustia de nuestro pueblo, los partidos de la burguesía en la Asamblea Nacional hacen debates y aprueban leyes demagógicas cuyo fin último es la privatización de los derechos humanos. Privatizar la distribución de medicinas, gritan los diputados farmaceutas; privatizar Agropatria y las tierras, gritan los diputados terratenientes; privatizar las viviendas y los terrenos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, grita Julio Borges y se le ve la punta del cheque en el bolsillo, firmado por los latifundistas urbanos, las grandes constructoras y la banca privada.
El socialismo bolivariano no es contrario a la propiedad como posesión plena, legítima y legal de un bien para vivir con justicia y dignidad. Pero si somos contrarios a expropiar o privar a millones de venezolanos del derecho a las tierras urbanas donde construir una vivienda digna.
La Ley Estafa de Borges, expropia a un millón de familias de los terrenos sobre los cuales están construidas sus viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela y priva por lo menos a dos millones de familias del futuro de tener una vivienda digna, al derogar en su artículo 14 el derecho a acceder a la tierra urbana, encubierto bajo la demagogia de entregar propiedad de las viviendas que ya está garantizada en la Ley del Régimen de Propiedad de la Gran Misión Vivienda Venezuela, promulgada por el Comandante Chávez en el año 2011:
Artículo 3. Venta. Las casas, apartamentos y otros inmuebles, construidos o por construirse, así como los terrenos asociados sobre los cuales se edificará la obra, destinados al cumplimiento de los objetivos de la Gran Misión Vivienda Venezuela y del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia de Terrenos y Vivienda, podrán ser vendidos o enajenados como bienes individuales por el ejecutor o propietario, sólo de conformidad con lo previsto en esta ley. Los contratos de venta u otras formas de enajenación de las casas, de los apartamentos, y de los proyectos precedentemente aludidos, se declaran de posible e inexorable ejecución, en el sentido previsto en el Código Civil, presumiéndose que son de uso conforme.
Garantía Artículo 4°. El Estado garantiza el derecho de propiedad familiar y multifamiliar, como manifestaciones concretas del derecho de propiedad constitucionalmente establecido. La Propiedad Familiar recae sobre las viviendas previstas en la presente normativa, que han de ser adecuadas, seguras, higiénicas y con servicios básicos esenciales. La Propiedad Multifamiliar recae sobre los terrenos, inmuebles y cosas comunes de las edificaciones antes mencionadas, de conformidad con las disposiciones previstas en la presente ley y demás normativa aplicable.
Mas nada que comentar al respecto, fue Chávez el que reconoció y ejecutó el derecho de los pobres a tierra urbana, vivienda y propiedad sobre estos.
Frente a la demagogia y el populismo burgués que resurge y confunde, porque la sociedad nueva ha tardado mucho en nacer, necesario es volver al espíritu del 27F, 4F y 13A, es decir tener audacia, en esta caso de tomar las decisiones en la economía para que nuestro modelo socialista bolivariano vuelva a ser humanamente gratificante; es sentir la necesidad de enfrentar la corrupción de manera decidida, especialmente al grosero enriquecimiento de los oportunistas que se colaron por miles y de algunos compañeros de lucha que tristemente traicionaron su propia historia, a Chávez y el sueño de una Patria buena; es superar el “jefismo” por un liderazgo ético, político que oriente y se deje orientar.
Todo lo anterior, es una tarea de todos y todas los que queremos Patria, no de una sola persona. La noche oscura neoliberal amenaza el horizonte, vamos a empujar el Sol para que triunfe la claridad. No dejemos que privaticen el futuro de Venezuela.
Elías Jaua Milano.