La abogada, escritora e investigadora
estadounidense nacionalizada venezolana, Eva Golinger señaló en un
explosivo artículo que cada vez hay más evidencias de que Chávez fue
asesinado e incluso se atrevió a mencionar como posible involucrado a su
ex-escolta Leamsy Salazar, quien hoy sería protegido del gobierno
estadounidense. “El cáncer de lo cual padeció Chávez fue
inusualmente agresivo y sospechoso, y cada día salen más evidencias
sobre la clara posibilidad de que Chávez fue asesinado”, dijo Golinger.
Además aseguró Golinger que el gobierno
estadounidense pudiera estar involucrado en su muerte. “Chávez ya no
está, lo más probable es que fue asesinado, y ahora intentan asesinar su
memoria, su legado. Una memoria que es nuestra, un legado que es de la
humanidad. Puede ser que Washington cumplió su objetivo con la desaparición física de Hugo Chávez, pero no hay que entregar el bastón”.
Golinger además, haciendo referencia a
la ceremonia de entrega de los Premios Oscars realizada el pasado
domingo, comentó en su artículo que el discurso que diera Leonardo DiCaprio, en el cual hablaba de los que alzan sus voces “por toda la humanidad, por los pueblos indígenas del mundo”, a su modo de ver invocaba la imagen de Hugo Chávez.
A continuación el artículo íntegro de Eva Golinger:
En la ceremonia de los Premios Oscar
este año hubo muchos comentarios sobre la justicia social. La poca
diversidad entre los nominados para estos prestigiosos premios del mundo
del cine no fue ignorada, más bien fue discutida abiertamente por el
moderador del evento, el comediante afro-estadounidense Chris Rock, y
varios presentadores y ganadores. Los ganadores del mejor guión adaptado
por la película “La Gran Estafa” también denunciaron los graves abusos del poder cometidos por los bancos, las
corporaciones y los políticos que responden a intereses financieros.
Haciendo referencia a la campaña presidencial en Estados Unidos, el
guionista y también director de la película, Adam McKay declaró, “Ante
todo, si no quieren que los bancos controlen al gobierno, no voten por
candidatos que reciben dinero de grandes bancos y petroleras, o raros
multimillonarios”.
El tema del abuso sexual estuvo muy
presente en el show de los Oscars, primero a través de un discurso del
Vice Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidiendo apoyo para una
campaña en contra del asalto sexual en las universidades, (itsonus.org).
Después, Biden introdujo a la artista Lady Gaga, quien cantó la canción
“Till It Happens To You” del documental “The Hunting Ground”, sobre la
violación sexual en las universidades, en una apasionada y poderosa
presentación en vivo acompañada por jóvenes víctimas del abuso sexual. Y el gran ganador de Mejor Película, el filme “Spotlight”, fue sobre la investigación periodística que
desenmascaró el escándalo del abuso sexual perpetrado por sacerdotes de
la Iglesia Católica en Boston y el estado de Massachusetts, y luego a
nivel mundial. Al recibir su premio, uno de los productores de la
película, Michael Sugar, se dirigió al Vaticano, diciendo, “Papa
Francisco, es hora de proteger a los niños”.
Hubo otros momentos en donde
estuvo resaltado el pensamiento progresista de las estrellas de
Hollywood y su esfuerzo para utilizar su medio para promover la justicia
social. No obstante, las palabras sin acciones no cambian al mundo.
Este no es un texto sobre los Oscar ni
es una crítica contra el Hollywood de los millonarios de izquierda que
se lavan las manos contribuyendo dinero a causas progresistas pero a la hora de actuar no dan la cara. Como sabrán por el título de este artículo, el tema es otro.
Solo hago mención de un discurso más de
la ceremonia de los Oscars, el de Leonardo DiCaprio, quien por fin ganó
el premio del Mejor Actor por su fuerte actuación en la película “El
renacido”. DiCaprio es un conocido activista ecológico, pro-ambiente, y
tiene su propia Fundación Leonardo DiCaprio que se dedica a la
protección y defensa de la tierra, el eco-sistema y las comunidades
indígenas a nivel mundial. En su muy esperado discurso casi finalizando
la noche de gala de los Oscars, DiCaprio no dejó de mencionar su pasión
por el ambiente. “El 2015 fue el año más caliente de la
historia… el cambio climático es real, está pasando en este momento, es
la amenaza más urgente contra nuestra especie y tenemos que trabajar de
manera colectiva y dejar de aplazarlo”, dijo. Luego, el famoso
actor declaró, “Necesitamos apoyar a líderes alrededor del mundo que no
hablan en nombre de grandes corporaciones, pero quienes hablan por toda
la humanidad, por los pueblos indígenas del mundo y por las miles de
millones de personas que son más afectadas, por los hijos de nuestros
hijos, y por aquellas personas cuyas voces han sido silenciadas por la
política de la codicia”.
Sus palabras invocaron, para mí, la imagen de Hugo Chávez,
un líder que nació de la humildad del pueblo, honesto y con compasión y
amor por toda la humanidad, quien no le tembló la mano a la hora de
enfrentar a los más poderosos y peligrosos intereses a nivel mundial. Un
hombre que levantó su voz en apoyo a los pueblos del mundo en contra de
la desigualdad, la explotación, el despilfarro, la injusticia social y
las guerras injustas, desafiando siempre a las élites y las
trasnacionales que buscaban silenciarlo.
El inmenso liderazgo de Chávez en Venezuela abrió el camino a otros grandes defensores de la humanidad y de la Madre Tierra, luchadores contra las injustas políticas del capitalismo que lograron, junto a sus pueblos, transformar a sus naciones con procesos democráticos y justos, como Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador.
Chávez fue un ferviente defensor del
planeta y de todos sus habitantes. En su famoso discurso en Copenhagen
en la Cumbre del Cambio Climático de las Naciones Unidas en 2009, el
líder venezolano hizo eco de las grandes protestas anti-globalización,
“No cambiemos el clima ¡Cambiemos el sistema! Y en consecuencia
comenzaremos a salvar el planeta. El capitalismo, el modelo de
desarrollo destructivo está acabando con la vida, amenaza con acabar
definitivamente con la especie humana”.
Chávez tenía claro la real amenaza que representaban los impactos ambientales y la causa de los mismos, “El
cambio climático es sin duda el problema ambiental más devastador del
presente siglo, inundaciones, sequías, tormentas severas, huracanes,
deshielos, ascenso del nivel medio del mar, acidificación de
los océanos y olas de calor, todo eso agudiza el impacto de las crisis
globales que nos azotan…Hablemos de la causa, no evadamos
responsabilidades, no evadamos la profundidad de este problema, la causa
sin duda, vuelvo al tema de todo este desastroso panorama es el sistema
metabólico destructivo del capital y su modelo encarnado: el
capitalismo”.
Cito una última frase de su cargado
discurso aquel diciembre del 2009 en el frío de Copenhagen, “Hasta
cuándo, nos preguntamos desde Venezuela señor Presidente, señoras,
señores, hasta cuándo vamos a permitir tales injusticias y
desigualdades; hasta cuándo vamos a tolerar el actual orden económico
internacional y los mecanismos de mercado vigente; hasta cuándo vamos a
permitir que grandes epidemias como el VIH SIDA arrasen con poblaciones
enteras; hasta cuándo vamos a permitir que los hambrientos no
puedan alimentarse, ni alimentar a sus propios hijos; hasta cuándo vamos
a permitir que sigan muriendo millones de niños por enfermedades
curables; hasta cuándo vamos a permitir conflictos armados que
masacran a millones de seres humanos inocentes, con el fin de apropiarse
los poderosos de los recursos de otros pueblos. Cesen las agresiones y
las guerras pedimos los pueblos del mundo a los imperios, a los que
pretenden seguir dominando el mundo y explotándonos”.
A que un actor de Hollywood utiliza un
minuto ante las cámaras para recordar la importancia de actuar para
frenar el cambio climático – lo cual es respetable – no es lo mismo que
un mandatario, quien de paso lidera el país con las más grandes reservas
del petróleo del planeta, lo denuncia en un foro mundial.
Un líder quien además ya había
sido víctima de un golpe de estado promovido desde Washington y
múltiples otros atentados contra su gobierno y su vida.
No fue solo por su discurso
anti-capitalista, anti-imperialista y en pro a la humanidad que Hugo
Chávez se convirtió en un blanco de poderosos intereses mundiales.
Chávez actuaba para poner en práctica sus palabras, Chávez implementaba
sus políticas, hacia realidad su visión. Retomó el control soberano de
la industria petrolera de Venezuela, que aunque había sido nacionalizada en 1976 funcionaba como una empresa privada cuando él fue electo en 1998.
Nacionalizó importantes empresas y sectores estratégicas que estaban en
manos de trasnacionales, como la electricidad, la telefonía, y otros
recursos naturales incluyendo las inmensas minas de oro y minerales que
estaban siendo explotadas por corporaciones que causaban desastres
ambientales y saqueaban la riqueza del país, dejando al pueblo en la
pobreza y la miseria.
Las políticas de Chávez mostraban que sí
se puede encontrar un balance entre las necesidades sociales y la
prosperidad económica. En sus años como presidente creó un gran sistema
público para garantizar la salud, la educación, la vivienda, el trabajo y
la alimentación, y a la vez, creció la economía, reapareció la clase
media y expandió las relaciones internacionales con grandes socios
comerciales como China y Rusia que aportaban tecnologías y productos
importantes para el desarrollo del país. Venezuela estaba en un buen
camino, a pesar de las amenazas permanentes que buscaban socavar y
desestabilizar al gobierno, hasta que, de manera muy inesperada, Chávez
falleció.
Este 5 de marzo serán tres años desde la
muerte de Hugo Chávez y ya Venezuela, y la región, es otra. En
Argentina la derecha retomó el poder y el Presidente Mauricio Macri ha
pactado con las mismas instituciones financieras internacionales que
forzaron su país a la bancarrota hace 15 años. En Bolivia, una
sucia campaña de la oposición financiada con millones de dólares de
agencias estadounidenses logró impedir la posible reelección de Evo
Morales en 2019, aunque las políticas del primer presidente
indígena de ese país andino lo han mejorado de manera innegable en todos
los ámbitos. En Ecuador, fuertes protestas respaldadas con
financiamiento y asesoría externa frenaron la posibilidad de un nuevo
mandato del muy popular y exitoso Presidente Rafael Correa. Y en
Venezuela, una grave crisis económica, altos niveles de corrupción y
descontento social, y una oposición re-potenciada y apoyada desde el
exterior, amenazan con destruir la Revolución Bolivariana y el legado de
Chávez. Todo lo que intentó lograr Washington durante la gestión de
Hugo Chávez, hoy, en su ausencia, se está cumpliendo.
El cáncer de lo cual padeció
Chávez fue inusualmente agresivo y sospechoso, y cada día salen más
evidencias sobre la clara posibilidad de que Chávez fue asesinado.
Solo saber que uno de sus edecanes más cercanos durante años, quien
estuvo a solas con él y quien le llevaba su comida, su café, su agua,
hoy es un testigo protegido en Estados Unidos. Las acciones ocultas deLeamsy Salazar y su íntima colaboración con las agencias de inteligencia de Washington pronto se darán a conocer.
Cuando Leonardo DiCaprio hizo su sorpresivo llamado para apoyar a los “líderes del mundo” que luchan por la humanidad, líderes
que trabajan por sus pueblos y enfrentan las grandes trasnacionales y
poderosos intereses, sentí alivio y a la vez tristeza. Por fin alguien
con su plataforma masiva, que llega a miles de millones de personas
alrededor del mundo de todos los sectores – sin importar su ideología
política – jóvenes, adultos, todos. Por fin alguien con ese alcance
reconoció la importancia de apoyar públicamente y masivamente a los
presidentes que son del pueblo y luchan por el pueblo, líderes como
Chávez, Evo, Correa, Maduro. Uno podría preguntarse, ¿Por qué no lo dijo
antes? ¿Por qué no manifestó su apoyo a esos liderazgos que han sufrido
golpes y atentados contra sus gobiernos y sus vidas – acciones
promovidas desde su país, Estados Unidos – justamente por sus posturas y
acciones que desafían a la élite mundial? Bueno, de igual manera es
importante hacerlo ahora. Nunca es tarde para unirse a la lucha por un
mundo más justo.
Martin Luther King Jr. declaró una vez,
“Un hombre no mide su altura en los momentos de confort, sino en los de
dificultad y controversia”. Irónicamente, esa frase también fue citada
durante un discurso en los Premios Oscar.
En Estados Unidos, una campaña
presidencial en marcha está por definirse entre un loco racista
billonario y la candidata de Wall Street y el Complejo Militar
Industrial. En América Latina, de nuevo la agenda neoliberal intenta
imponerse sobre la justicia social. Chávez ya no está, lo más probable
es que fue asesinado, y ahora intentan asesinar su memoria, su legado.
Una memoria que es nuestra, un legado que es de la humanidad. Puede ser que Washington cumplió su objetivo con la desaparición física de Hugo Chávez, pero no hay que entregar el bastón.
En momentos difíciles como estos es cuando hay que estar firmes y unidos, con la cara en alta, luchando para seguir adelante.