Duele ver como el hampa llámese organizada, paramilitar o psicópatas
sedientos de sangre acaban con nuestros jóvenes, mujeres, ancianos y
hasta niños si llegara el caso. Duele ver que no existe un venezolano o
venezolana a quien el hampa no le haya arrebatado a un familiar cercano:
hermanos, padres, primos, hijos, tíos o abuelos.
Duele ver como no existe ni OLP, ni patrullaje seguro, ni alcabalas de Guardias Nacionales que impidan que la delincuencia opere con toda la impunidad del mundo, este flagelo acaba día a día con el proyecto socialista, porque a esos venezolanos y venezolanas a quienes el hampa les arrebata a sus seres queridos ni de vaina seguirán apostando por la revolución, se suman a ese grueso de la población que prefieren abstenerse, aplicar el voto castigo, pero no creen ni en la falsa oposición, ni en un sistema que no le permita transitar libre y tranquilamente sin ser víctima del hampa criminal.
No es posible que en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía le hayan quitado la vida a un ciudadano extranjero, a plena luz del día y a los ojos de todo el sistema de seguridad de dicha institución y a estas alturas aún no se tengan a los delincuentes aun cuando todo el episodio fue tomado por las cámaras de seguridad paso por paso, esto difícilmente se observa en otro país donde el turista es altamente protegido.
No es posible que el desabastecimiento estrangule a la mayoría del pueblo venezolano y los llamados "bachaqueros" pululen en las salidas de cada metro, en las calles, bulevares, esquinas, dentro de los mercados municipales con la mayor tranquilidad y hasta pagando "vacunas" a oficiales de la policía y Guardias Nacionales; estos delincuentes, porque no hay que llamarlos por otro nombre, se valen de la necesidad del pueblo para vender a no menos de un mil por ciento por encima del costo real los productos de primera necesidad que no se consiguen en abastos, farmacias o mercados. Esta situación aunada a la inseguridad son las dos primeras razones por la que los venezolanos piden a grito un cambio y tristemente ninguno de estos dos flagelos se logran resolver, día a día aumenta el hampa inteligentemente organizada, a veces creemos que más organizada que los propios cuerpos de seguridad del Estado, ya el pueblo no quiere seguir escuchando de "guerra económica", ni que la derecha haya utilizado el eslogan de que la última cola sería el 6-D, toda las responsabilidad se la atribuyen al Gobierno liderizado por el Presidente Nicolás Maduro, ya ni las propias encuestas que otrora se le denominaban pro gobierno pueden ocultar la cruda realidad, un porcentaje elevado de venezolanos y venezolanas en el metro, en las colas, en las camionetas por puesto, en urbanizaciones, barrios, calles y veredas hablan de la necesidad de un cambio de gobierno.
Para colmo de males se suma el factor climatológico y el fenómeno del Niño, cuya sequía ha hecho que el embalse del Gurí se encuentre en fase crítica, todo esto crea en la población una situación de angustia, desespero y desmotivación.
Por otro lado, las instituciones públicas del Estado se han convertido en "fábricas de escuálidos", el burocratismo, la corrupción, la ineficiencia, la arrogancia, y hasta el maltrato a quienes están por debajo de muchos jefes o jefas hacen que lejos de sumar se restan servidoras y servidores públicos a favor del gobierno, por eso creer que cada marcha de la revolución donde un alto porcentaje forma parte de trabajadores y trabajadoras del sector público es pueblo a favor del gobierno merece un análisis profundo, ya que en las instituciones públicas ya nadie esconde su animadversión por el gobierno y a veces pareciera que quienes son gobierno son ellos, los de la derecha y la oposición parece representarla quienes somos de izquierda.
Comencemos por dar respuesta a la pregunta: ¿En qué hemos fallado? Démosle respuesta a la pregunta desde cada ámbito, cada indicador, cada problema sin respuesta ni solución, aceptemos la crítica como buenos revolucionarias y revolucionarios que somos, no es sumando aduladores como salvaremos la revolución.
La educación, la cultura y el deporte deben penetrar en cada barrio y zonas populares venezolanas; no puede ser que en nuestros barrios mande el hampa, no puede ser que trabajadores sociales, misioneros y hasta los cuerpos de seguridad del Estado estén imposibilitados de atender la problemática de la inseguridad en nuestras zonas populares y barriadas in situ, porque simple y llanamente allí quien manda sea el hampa.
Duele ver como venezolanos y venezolanas han llegado al punto de tomar la justicia por sus propias manos, se ha llegado al punto de quemar vivos a delincuentes y la comunidad lejos de sorprenderse, eleva la frase "bien hecho, uno menos", esa no puede ser la Venezuela que queremos para la futura generación. Muchos piden a gritos que "Para acabar con la inseguridad se tiene que sacar de circulación a los delincuentes, por el método que sea", ya hay desespero en el pueblo venezolano y un nivel de paranoia que aunque no se crea paraliza a gran parte de la población.
En cuanto al problema del desabastecimiento y el bachaqueo, en las colas tenemos las mismas caras, comprando para revender, vendiendo el cupo en la cola, llevan primos, tíos y demás familiares a comprar para revender en cada espacio que consideren un buen punto para robar al mismo pueblo, a esa acción también debemos darle un parao.
Quien acapara? quien desabastece? y a quien favorece el bachaqueo? si es una presión comercial de un grupo opositor, que solo buscan ahorcar el legado de Chávez sin entender que van contra todos los venezolanos y venezolanas, nos toca ser implacables, pero no podemos permitir que el legado de Chávez fenezca por la incapacidad de funcionarios gubernamentales que lejos de acabar con el vicio, forman parte del mismo para enriquecerse de manera fácil y rápida y aquí entran los inspectores de la Sunde, Consejos Comunales, funcionarios policiales, Guardias Nacionales entre otros, que pretenden enriquecerse a expensas de la especulación y el bachaqueo…
El problema es más complejo de lo que parece, la corrupción y el burocratismo ha minado cada instancia involucrada con la solución tanto del problema de la inseguridad, como del problema de la especulación y el desabastecimiento, como gobierno tenemos y debemos que aplicar inteligencia social en cada plan que emprendamos por exitoso que parezca, es en las entrañas de nuestras zonas populares, en nuestra población más vulnerable donde podemos ver por más dura que parezca, nuestra cruda realidad…
Independencia y Patria Socialista…Viviremos y Venceremos!!!
Duele ver como no existe ni OLP, ni patrullaje seguro, ni alcabalas de Guardias Nacionales que impidan que la delincuencia opere con toda la impunidad del mundo, este flagelo acaba día a día con el proyecto socialista, porque a esos venezolanos y venezolanas a quienes el hampa les arrebata a sus seres queridos ni de vaina seguirán apostando por la revolución, se suman a ese grueso de la población que prefieren abstenerse, aplicar el voto castigo, pero no creen ni en la falsa oposición, ni en un sistema que no le permita transitar libre y tranquilamente sin ser víctima del hampa criminal.
No es posible que en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía le hayan quitado la vida a un ciudadano extranjero, a plena luz del día y a los ojos de todo el sistema de seguridad de dicha institución y a estas alturas aún no se tengan a los delincuentes aun cuando todo el episodio fue tomado por las cámaras de seguridad paso por paso, esto difícilmente se observa en otro país donde el turista es altamente protegido.
No es posible que el desabastecimiento estrangule a la mayoría del pueblo venezolano y los llamados "bachaqueros" pululen en las salidas de cada metro, en las calles, bulevares, esquinas, dentro de los mercados municipales con la mayor tranquilidad y hasta pagando "vacunas" a oficiales de la policía y Guardias Nacionales; estos delincuentes, porque no hay que llamarlos por otro nombre, se valen de la necesidad del pueblo para vender a no menos de un mil por ciento por encima del costo real los productos de primera necesidad que no se consiguen en abastos, farmacias o mercados. Esta situación aunada a la inseguridad son las dos primeras razones por la que los venezolanos piden a grito un cambio y tristemente ninguno de estos dos flagelos se logran resolver, día a día aumenta el hampa inteligentemente organizada, a veces creemos que más organizada que los propios cuerpos de seguridad del Estado, ya el pueblo no quiere seguir escuchando de "guerra económica", ni que la derecha haya utilizado el eslogan de que la última cola sería el 6-D, toda las responsabilidad se la atribuyen al Gobierno liderizado por el Presidente Nicolás Maduro, ya ni las propias encuestas que otrora se le denominaban pro gobierno pueden ocultar la cruda realidad, un porcentaje elevado de venezolanos y venezolanas en el metro, en las colas, en las camionetas por puesto, en urbanizaciones, barrios, calles y veredas hablan de la necesidad de un cambio de gobierno.
Para colmo de males se suma el factor climatológico y el fenómeno del Niño, cuya sequía ha hecho que el embalse del Gurí se encuentre en fase crítica, todo esto crea en la población una situación de angustia, desespero y desmotivación.
Por otro lado, las instituciones públicas del Estado se han convertido en "fábricas de escuálidos", el burocratismo, la corrupción, la ineficiencia, la arrogancia, y hasta el maltrato a quienes están por debajo de muchos jefes o jefas hacen que lejos de sumar se restan servidoras y servidores públicos a favor del gobierno, por eso creer que cada marcha de la revolución donde un alto porcentaje forma parte de trabajadores y trabajadoras del sector público es pueblo a favor del gobierno merece un análisis profundo, ya que en las instituciones públicas ya nadie esconde su animadversión por el gobierno y a veces pareciera que quienes son gobierno son ellos, los de la derecha y la oposición parece representarla quienes somos de izquierda.
Comencemos por dar respuesta a la pregunta: ¿En qué hemos fallado? Démosle respuesta a la pregunta desde cada ámbito, cada indicador, cada problema sin respuesta ni solución, aceptemos la crítica como buenos revolucionarias y revolucionarios que somos, no es sumando aduladores como salvaremos la revolución.
La educación, la cultura y el deporte deben penetrar en cada barrio y zonas populares venezolanas; no puede ser que en nuestros barrios mande el hampa, no puede ser que trabajadores sociales, misioneros y hasta los cuerpos de seguridad del Estado estén imposibilitados de atender la problemática de la inseguridad en nuestras zonas populares y barriadas in situ, porque simple y llanamente allí quien manda sea el hampa.
Duele ver como venezolanos y venezolanas han llegado al punto de tomar la justicia por sus propias manos, se ha llegado al punto de quemar vivos a delincuentes y la comunidad lejos de sorprenderse, eleva la frase "bien hecho, uno menos", esa no puede ser la Venezuela que queremos para la futura generación. Muchos piden a gritos que "Para acabar con la inseguridad se tiene que sacar de circulación a los delincuentes, por el método que sea", ya hay desespero en el pueblo venezolano y un nivel de paranoia que aunque no se crea paraliza a gran parte de la población.
En cuanto al problema del desabastecimiento y el bachaqueo, en las colas tenemos las mismas caras, comprando para revender, vendiendo el cupo en la cola, llevan primos, tíos y demás familiares a comprar para revender en cada espacio que consideren un buen punto para robar al mismo pueblo, a esa acción también debemos darle un parao.
Quien acapara? quien desabastece? y a quien favorece el bachaqueo? si es una presión comercial de un grupo opositor, que solo buscan ahorcar el legado de Chávez sin entender que van contra todos los venezolanos y venezolanas, nos toca ser implacables, pero no podemos permitir que el legado de Chávez fenezca por la incapacidad de funcionarios gubernamentales que lejos de acabar con el vicio, forman parte del mismo para enriquecerse de manera fácil y rápida y aquí entran los inspectores de la Sunde, Consejos Comunales, funcionarios policiales, Guardias Nacionales entre otros, que pretenden enriquecerse a expensas de la especulación y el bachaqueo…
El problema es más complejo de lo que parece, la corrupción y el burocratismo ha minado cada instancia involucrada con la solución tanto del problema de la inseguridad, como del problema de la especulación y el desabastecimiento, como gobierno tenemos y debemos que aplicar inteligencia social en cada plan que emprendamos por exitoso que parezca, es en las entrañas de nuestras zonas populares, en nuestra población más vulnerable donde podemos ver por más dura que parezca, nuestra cruda realidad…
Independencia y Patria Socialista…Viviremos y Venceremos!!!