Pra: Mónica Bruzón
1. GENUINO.
Que conserva sus caracterÃsticas propias o naturales y no es falso ni de imitación. Transparente que no se esconde tras un velo de falsedad. Que no aparenta ser. Cuando Dios le pidió a Abraham a Isaac, ese era un acto de adoración, por encima de lo que quiero, de lo que soy, de lo que tengo, por encima de todo eso soy un adorador que levanta el nombre de Su Señor. La alabanza y adoración no son opciones que podamos decidir hacer o no hacer como si fuera un capricho o antojo. Es un mandamiento de Dios.
La primera referencia de la palabra adorar está en Génesis 22:5. Abraham, dirigiéndose a los jóvenes que le acompañaban a él y a Isaac al Monte Moriah, les dijo: "yo y el muchacho iremos hasta allá y adoraremos". El término o voz usada aquà es SHACHAH (pronunciada Shaka) que significa postrarse delante de alguien, inclinarse con una reverencia, respeto y homenaje humildes.
IsaÃas 29:13: Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mà su corazón, y su veneración hacia mà es sólo una tradición aprendida de memoria.
2. OBEDIENTE.
La Reacción De Abraham Fue De Obediencia. Esta obediencia era esencial para la preservación de la relación del pacto con Dios. Dios y él habÃan entrado en un pacto o acuerdo, el cual, requerÃa la obediencia y dedicación absolutas de Abraham a Ã?l.
Dios estaba a punto de probar la sinceridad e integridad de la entrega de Abraham. Le estaba requiriendo el sacrificio de lo que Abraham consideraba como lo más precioso en su hogar: Isaac, el hijo de la promesa.
Dios estaba a punto de probar la sinceridad e integridad de la entrega de Abraham. Le estaba requiriendo el sacrificio de lo que Abraham consideraba como lo más precioso en su hogar: Isaac, el hijo de la promesa.
3. MUERE AL YO.
El YO: En el psicoanálisis, parte consciente de la personalidad que controla la conducta
Abraham no sólo estaba preparado para ofrecer a Isaac, mas también iba a ofrecerle sus propios planes, deseos, ambiciones y anhelos para el futuro. Su futuro estaba ligado, inevitablemente, con aquel muchacho.
Ã?l era el hijo que Dios le habÃa prometido, a través de quien todas las promesas del pacto se verificarÃan (cumplirÃan). Al rendirse de esa manera en obediencia, era como entregarle todo aquello que habÃa deseado que se cumpliera. Se entregó a sà mismo.
Jamás podremos entrar en una adoración verdadera hasta que no haya habido una entrega completa de nuestro ser a Dios. �l yo o ego siempre se interpondrá en el camino de la adoración, asà que, debemos entregárselo a Dios en sumisión.
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