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La derecha atorrante, los instigadores de la violencia.



Desde el tragicómico laberinto donde se encuentra sumida la derecha histérica venezolana, publicaron un dispendioso “manifiesto” (sin ninguna contribución epistémica o conceptual) denominado “Sí hay una salida a la crisis”. Este “manifiesto” no tiene desperdicio, ya que expone abierta y claramente el talante antidemocrático de sus firmantes (encabezados por la nómina en pleno del partido de extrema derecha Voluntad Popular). Allí reiteran su obcecado proyecto político: romper el hilo constitucional existente, mediante la inmoral estrategia de “crear condiciones” que les permita forzar la “salida” violenta del gobierno legítimamente constituido.


En primer lugar, el documento destaca la acostumbrada cobardía de estos seudolíderes de la extrema derecha. Los maquiavélicos fascistas nunca dan la cara. Esta vez se esconden detrás de la nada inocua figura angelical de los imberbes estudiantes. Nuevamente se equivoca y miente la derecha fascista, ya que el país entero ha presenciado sus actos vandálicos y sabe que detrás de las protestas violentas, solo hay una pequeña minoría de estudiantes y que las acciones violentas han sido planificadas y ejecutadas por brigadas de choque neofascistas, integradas por militantes y empleados de Voluntad Popular y Primero Justicia, los cuales han sumado a sus filas a mercenarios nacionales y extranjeros. Todos en la misión de imponer sus métodos violentos para, según sus cálculos y objetivos, acabar con la gobernabilidad y “salir” velozmente del Gobierno Bolivariano. La derecha histérica no oculta su deseo de  “arrasar” al chavismo con un “movimiento cívico y autónomo de protesta” que escale aún más la violencia e imponga la “salida” inmediata, derrocando las instituciones democráticas y pasando por encima de la mayoría del pueblo venezolano que ya se expresó electoralmente.

La derecha histérica obvia olímpicamente, en su parte de guerra, que las acciones violentas ejecutadas por sus secuaces criminales, fueron los que “despertaron” y aterrorizaron al país generando destrucción, terrorismo, 42 muertos y docenas de heridos. La inmoral derecha neofascista es la responsable de estos crímenes. De esto no quedan dudas y sus líderes deben responder ante la justicia por los crímenes cometidos. No se debe permitir que actúen con impunidad.

El “manifiesto” también revela la agenda de tres pasos que el neofascismo pretende imponer: 1) “reemplazar al régimen”; 2) “impulsar” la renuncia del Presidente de la República; y 3) “enmienda o constituyente” para la “renovación del pacto social”.

Estos tres pasos propuestos por la extrema derecha venezolana tienen el mismo tono: violentar la voluntad del pueblo venezolano que eligió a Nicolás Maduro Presidente de la República. Para el pueblo esta agenda no es nueva. En el pasado la derecha intentó “salir” del Comandante Chávez por todos los medios posibles. Pero con inteligencia y con el amor y el apoyo del pueblo, Chávez siempre los derrotó por la vía electoral y desmontó todos sus intentos de Golpe de Estado, magnicidios, paros petroleros y saboteos  económicos.
Habría que preguntarse: ¿Cómo pretende la derecha fascista imponer su denominado “pacto social”? ¿Será sobre la tumba de 8 millones de chavistas? Ha estado claro que durante la generación de violencia se ha evidenciado la escasa y purulenta moral que envuelve a los líderes neofascistas, cuya ambición de poder y su odio visceral contra la Revolución Bolivariana los ha llevado a proponer en su “manifiesto” el escalamiento de sus actos barbáricos. El pueblo chavista está firme en rechazar la violencia y defenderá todos los logros de la Revolución Bolivariana.

La locura fascista también les da para hablar de constituyente. Este es un terreno donde estamos listos para vencer, en las propuestas y en los votos. Así que no estaría mal la idea de incorporar un artículo que contemple la adopción de penas de Cadena Perpetua para los apátridas que descaradamente se confabulen con agentes norteamericanos para generar violencia. También para los vendepatria que se desboquen en promover y estimular intervenciones, ataques y bloqueos internacionales contra nuestra patria. Si tuvieran la capacidad de echarle bolas y convocar una constituyente estoy seguro que, una vez más, los derrotaríamos. Sin embargo, el plan fascista ha muerto antes de nacer, ya que ni los mismos partidos agrupados en la MUD están de acuerdo con esta propuesta y han dejado solos a los fanáticos disociados de Voluntad Popular.

Finalmente, el “manifiesto” lo suscribe una glamorosa fauna de personajes que sólo producen grima. Es una mezcolanza que incluye dinosaurios políticos, a miembros prominentes de la más rancia y estirada oligarquía criolla y a la vanguardia violenta de Voluntad Popular. A falta de intelectuales, líderes respetables o representantes  de sectores sociales, el “manifiesto” también lo firma, sin pena ni gloria, un grupo de artistas, poniendo el “shou” final al pastelazo ideológico y de intereses de la patética oposición venezolana.

El manifiesto no lo firma ningún José o María de los barrios más humildes de nuestro país. No lo firma nadie de nuestros caseríos rurales y agrícolas. No lo firma nadie de este pueblo victorioso que ya habló en abril y en diciembre del 2013, escogiendo por mayoría absoluta, en buena lid electoral, el camino de la Revolución.

La derecha histérica debe aprender a respetar los designios de la mayoría. Debe respetar la voz del pueblo, que ha manifestado con contundencia su deseo de seguir por el camino de la paz.

Richard Canan
Sociólogo
@richardcanan

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