POR GUILLERMINA ROCA ITURRALDE, Resumen Latinoamericano, 18 abril 2015.- En una nueva jornada de debate organizado por Cátedras Bolivarianas y Resumen Latinoamericano, en la Taberna Internacionalista Vasca (Centro Cultural La Dignidad), esta pasada semana se contó con la presencia de dos integrantes de la Nación Mapuche, de la provincia de Neuquén. Se trata del educador y poeta, además de vocero de la Organización Mapuche “Kalfü Mapu”, Fabio Inalef. Junto a él también participó la educadora Pinda Mongen.
Inalef señaló que la Organización Mapuche “Kallfü Mapu“,se dedica a promover diversas actividades de rescate y fortalecimiento del arte y la cultura mapuche en Argentina y Latinoamérica. Como profesor de historia, educador intercultural y poeta es el autor del libro “Rumel Mvlen” (“permanecer en el tiempo”), escrito en dos hablas: mapuche zungun y en winka zungun, este último idioma no mapuche, que fue presentado en este evento.
El libro consta de tres partes: dedicadas a la espiritualidad, la cosmovisión, el presente y concluye con el tema actual de la lucha del pueblo mapuche. “El mapuzungun y la comunicación intercultural es un trabajo que presentamos en universidades y escuelas”, comenta Inalef. Explica que la interculturalidad la entienden en un marco de rescatar al indígena no como algo folclórico, mostrándolo siempre con la artesanía o “cuando el político necesite ir a buscarlo”. Si no que: “el originario, el indígena es hoy, es el presente, sin olvidar la palabra de los abuelos. Por eso, decimos expresión de identidad y resistencia la que se hace a través de la palabra”.
“Kallfü Mapu” es un espacio, una organización donde se tocan todos los frentes de lucha, la palabra antigua, la cultura, el medioambiente, la soberanía alimentaria. “Somos una organización autónoma y cuesta bastante moverse para poder compartir la lucha con los hermanos, no nos financia el Estado porque no somos la organización indígena del gobierno”, expuso Inalef.
Los mapuche resisten tanto en Argentina como en Chile, de distinta maneras pero siempre peleando contra los mismos enemigos: las mineras, las petroleras y el eterno problema territorial. “Los hermano guluche (mapuches del otro lado de la cordillera), también tienen un conflicto bastante grande, la están pasando bastante mal con el gobierno de Bachelet. Todos los hermanos mapuches asesinados lo fueron en el gobierno de Bachelet, eso no hay que olvidarse y siempre hay que denunciarlo a través de la palabra porque es la herramienta de lucha más constante”, asegura Inalef.
Antes los ancianos peleaban con la lanza pero hoy las armas de los mapuches son cultura, educación y leyes. En ese marco la joven Pinda Mongen, integrante también de “Kallfü Mapu” comentó: “La organización se fue extendiendo con los acontecimientos políticos y culturales que se fueron dando en el país estos últimos diez años, que para nosotros si fue una década ganada en ese sentido, nos fuimos extendiendo ante esas necesidades”,
Empezaron a organizarse para mantener viva su ideología, su forma de ver la vida y su pensamiento. “Nuestros tatarabuelos y bisabuelos que sobrevivieron a la guerra del sur, la triste y mal llamada Campaña del Desierto, fueron los que pasaron la peor parte. Porque ellos eran los que tenían que mantener viva a pesar del miedo, las persecuciones, las torturas, esa llamita que es la que nosotros queremos que se convierta hoy en una gran iluminación y que eso pase al pueblo que es el que lo tiene que llevar adelante nuestra causa”, reflexiona Pinda Mongen .Por otro lado, aclara algunas terminologías que piensan admisibles para referirse a ellos como mapuche, pero respetan algunas diferencias que puede tener con otros pueblos en este tema. Se consideran “Nación Mapuche” ya que tienen un mismo idioma, una misma forma de pensar y ver la vida, una misma cultura y un mismo origen. Expresa además que eso no significa que se quieran separar y quedarse con la Patagonia como los acusan algunos al escuchar ese término, sino que: “queremos pertenecer, a un país pluricultural y plurinacional como ya lo son Ecuador, Bolivia y Venezuela”. Para eso expone que primero tiene que haber un reconocimiento de una multinacionalidad, ya que hay 36 pueblos originarios en Argentina y en algunos de ellos quedan muy pocos sobrevivientes.
También, recalcó que hay que diferenciar entre pueblo, nación, nacionalismo, ultranacionalismo y estado. “Hace pocos años empezó la moda de llamarnos pueblos originarios, suena bonito pero hay una complicación con eso”, indica. Los mapuche se sienten más identificados con que los llamen indígenas ya que así está reconocida su preexistencia en la Constitución Nacional a partir de 1994 y a su vez también en el Declaración de los Derechos Humanos de los Pueblos y Naciones Indígenas y en el Convenio n°169 de la OIT. Aunque manifiesta que: “tantos años han luchado las organizaciones para que se reconozca la preexistencia que no nos vamos a poner a pelear por una simple denominación. Si nosotros dijéramos que nos somos indígenas estaríamos en contra de eso que está escrito y tendríamos que volver a empezar y tampoco es para sentirse humillado o lastimado”.
En cuanto a la lucha mapuche expone que a veces tienen que tomar medidas como cortar rutas porque es la manera que les queda para defender sus derechos: a no ser contaminados con las mineras, petroleras, a que se les reconozcan y devuelvan territorios, a que se respete su salud, cultura, identidad. En ese sentido, analiza que en “estos últimos años ha habido una gran euforia con respecto a los Derechos Humanos” y “todos somos Derechos Humanos”. Por eso siguen luchando para que se le reconozcan más derechos como el de la identidad. Los mapuche después de la Campaña al Desierto, aun mal llamada así, además de gente perdieron mucha identidad ya que les arrancaron a los niños de sus familias para internarlos en escuelas y “lavarles el cerebro para hacerles olvidar de dónde venían”. También les cambiaron sus nombres mapuche por otros, o por ahí toda una familia pasaba a tener nombre occidental y como apellido el nombre del padre. Así se fueron perdiendo los linajes y hay generaciones de mapuche que ni siquiera saben que lo son, ni cuál es su origen.
“El 24 de marzo todos y todas piden siempre por los nombres y por la identidad de los nietos de los desaparecidos, o sea, se remarca lo importante que es que una persona sepa de donde viene, quienes son sus padres, cuál es sus verdadero apellido. Hasta que el Estado no nos reconozca a nosotros el mismo derecho que se les reconoce a otras personas nosotros no vamos a tener una independencia completa porque el derecho a la identidad no es para todos”, denuncia Pinda Mongen. Además amplia: “el reconocimiento del genocidio, lamentablemente, no es para todos. A veces suena fuerte decirlo pero es así, hubo otro genocidio antes y ese genocidio aún no ha sido reconocido”.
La integrante de “Kallfü Mapu” asegura que en estos años se avanzó mucho en la legislación con leyes sobre la salud indígena, el reconocimiento de la agricultura familiar indígena, con leyes que les dan subsidios especiales a las personas desempleadas
La presentación del libro finalizó con la lectura por parte de su autor, Fabio Inalef, de varios poemas, acompañado por su compañera Pinda Mongen interpretando el instrumento denominado Pawpaweñ, que se toca con la boca y posee un sonido muy especial.
Fabio Inalef explicando caracteristicas de la cosmogonia mapuche.
La comunera mapuche Pinda Mongen hablando al público de la Taberna Internacionalista Vasca.
Fabio Inalef recita y Pinda Monge interpreta el Pawpawe
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