Álvaro Verzi Rangel / Resumen Latinoamericano / Alainet / noviembre de 2015 – Hoy, cuando la Unasur ya comenzó sus labores de acompañamiento de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, donde expertos de once países encabezados por el expresidente dominicano Leonel Fernández, la oposición sigue clamando por la injerencia de políticos y observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, y expresidentes conservadores no sólo de América latina.
Pero el interés no es solo de los miembros de la autollamada Mesa de Unidad Democrática, que aglutina a los sectores de la oposición. La necesidad de crear un imaginario de fraude electoral -como se viene repitiendo en cada fracaso- viene del Norte, y tiene un amplio financiamiento germano-estadounidense.
El pasado martes 29 de septiembre se llevó a cabo en las oficinas del Comité de Relaciones Internacionales de la MUD en Caracas, una sigilosa reunión a puertas cerradas con el objetivo de coordinar con diferentes ONG internacionales la presencia en Venezuela de “observadores” internacionales para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Esto sirve de excusa, quizá. Porque otro de los puntos que se abordó en esa reunión fue la reclamada necesidad de la oposición venezolana de recibir mayor apoyo financiero que le permita desarrollar mayor cantidad y mejores acciones. Dentro del rubro acciones se inscriben los recursos para los candidatos, la publicidad y movilización, pero sobre todo para seguir en la campaña de deterioro nacional e internacional de la imagen del gobierno, subrubro para lo que siempre están dispuestos fondos.
Aunque los principales líderes de la MUD se encontraban en el recinto, el encuentro fue dirigido por Eduardo Semtei y Lilian Tintori, la viajera esposa de Leopoldo López.
Estaban presentes los “sponsors invitados” o patrocinadores de la desestabilización Henning Suhr, representante de la Fundación alemana Konrad Adenauer en Venezuela, Lee McLenny, Encargado de Negocios de la embajada de EE.UU. en Caracas, y Samuel David Sipes, funcionario de la oficina política de la misma representación diplomática y sucesor de Philip Laidlaw en la oficina de la CIA en la capital venezolana.
Los opositores venezolanos y los financistas alemanes y estadounidenses acordaron promover la presencia en el país de más de 200 observadores miembros de las fundaciones alemanas Adenauer y Frederick Ebert, de la Internacional Socialista (socialdemócrata), la Unión Europea y de la Federación Interamericana de Abogados (FIA).
A estos, no reconocidos por las autoridades electorales (Venezuela no acepta “observadores, sino acompañantes), sumarían el grupo de parlamentarios y expresidentes regionales –quizá algún intelectual, también-, obviamente todos ultraderechistas.
Lo esencial en este encuentro fue diseñar la estrategia para que los observadores de estas ONG seleccionadas, accedieran al país bajo el amparo que tienen los partidos políticos en Venezuela de invitar algunos “acompañantes”.
La misión principal de esta maniobra, según explicó Semtei, es lograr que la campaña mediática internacional que esperan que genere esta estrategia, serviría para presionar al gobierno para que acepte la observación electoral de diferentes actores internacionales, capaces de sembrar una matriz de opinión que refleje la posibilidad de un fraude. En la reunión también se analizó la posibilidad de utilizar otras ONG- pantalla en caso que el gobierno venezolano se abstenga de aceptar esta propuesta.
Los financistas piden orden
Las conclusiones de la reunión no quedaron en manos de la dirigencia de la MUD, sino a cargo de Suhr, McLenny y Sipes, quienes manifestaron prioritario y de necesidad inmediata que la oposición alcance una mayor organización sobre los diversos proyectos y acciones previstas para los días previos, del día de las elecciones y las jornadas posteriores de las parlamentarias.
Conscientes de que para pedir orden debían mostrar su poder de persuasión, los “sponsors invitados” hablaron de la distribución de medio millón de dólares como “apoyo solidario” a ser distribuidos a través de transferencias bancarias principalmente desde Alemania, a cuentas existentes ya en República Dominicana, Curazao y Estados Unidos.
El reparto, dólar a dólar
La tablilla de distribución de los fondos fue presentada al final de la reunión: del total de 500.000 dólares, 91.565 se destinarán para apoyar los programas de los candidatos opositores a las parlamentarias, fundamentalmente en aquellos circuitos en que existen mayores posibilidades de abstención y votantes indecisos. Timoteo Zambrano, coordinador de asuntos internacionales de la MUD, fue seleccionado como receptor de tales fondos, con el compromiso de encargarse de su distribución.
Asimismo, un total de 98.324 dólares fueron destinados a financiar los trabajos de lobby internacional a través de viajes, conferencias, pronunciamientos y encuentros con representantes de gobiernos. Obviamente, este presupuesto lo manejará la esposa-viajera Lilian Tintori.
Para giras hacia Europa (los destinos elegidos serán España, Bélgica y Ginebra) y América Latina (Uruguay, Brasil, Argentina, México, Colombia, Chile) los “sponsors invitados” aportaron 32.100 dólares, y para la consecución y promoción a gran escala de proyectos, conferencias, entrevistas (televisión, publicidad digital, radio, redes sociales), así como encuentros con figuras de realce internacional, se destinó la suma de 35.640 dólares.
Para el apoyo logístico y la preparación de la imagen para las elecciones parlamentarias se destinó 30.584 dólares, cifra que algunos dirigentes de la MUD consideraron exigua.
Un monto de 50.335 dólares se acordó para fortificar y extender la campaña a favor de la liberación de lo que califican como presos políticos venezolanos y contra la violación de los derechos humanos que se cometen en el país. Que incluyen 19.852 dólares para medios periodísticos audiovisuales, gráficos y portales cibernéticos, que administrará el director del diario El Nacional, Miguel Enrique Otero.
Se acordó, asimismo, darle mayor énfasis en esta campaña a la figura de Leopoldo López, tarea para la que se comprometió una adicional de 30.483 dólares para que no falten las herramientas necesarias, como teléfonos, tabletas, laptops y televisión digital, entre otros.
Financiar la subversión
Y la cifra mayor, de 259.776 dólares, se consignó para el desarrollo de proyectos, programas, talleres y cursos de capacitación que aborden temas de liderazgo juvenil, gobernabilidad social, sociedad civil y derechos humanos. Para ello se seleccionó un grupo de ONG en Venezuela, encargadas de estructurar las redes necesarias para insertar en este plan subversivo a sectores juveniles, estudiantiles y con otros perfiles, que logren movilizarse como “sociedad civil” y enfrenten al gobierno.
De ello, 23.952 dólares fueron asignados para los proyectos de la Red Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social (Redsoc, con identifación fiscal id j-30498336-0); 25.781 para las actividades de la ONG Amnistía Internacional Venezuela (RIF j-00235780-0) y 19.954 para fortalecer el trabajo de campañas de degradación del gobierno a través de la Corporación Venezolana de Televisión (Venevisión, RIF j-00008933-7).
Pero hay más beneficiarios de este reparto de fondos alemanes y estadounidenses: 18 mil 125 dólares fueron destinados para el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice, RIF j-00203592-7) y 37. 861 dólares para fortalecer el accionar y movilización de los jóvenes en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (RIF j-00012255-5).
En el listado acordado el 29 de septiembre, 21.916 dólares fueron destinados para promover el trabajo de la Fundación Reflejos de Venezuela (RIF j-31194256-4), 17 mil 429 para incrementar la labor contra el gobierno que acciona la ONG Transparencia Venezuela (RIF j-31128182-7), y 16. 661 dólares para el trabajo de “profilaxis e investigación” que desarrolla la jesuita Fundación Centro Gumilla (RIF j-00138912-1).
Asimismo, 34.520 dólares fueron otorgados por los patrocinadores de la desestabilización para el trabajo de la ONG Venezuela Diversa, y otros 21.842 para continuar con la capacitación de jóvenes a través del Programa venezolano de Educación-acción en Derechos Humanos (Provea). Y finalmente, 21.735 dólares para asegurar la captación para la asociación civil Control Ciudadano, “para la seguridad, la defensa y la fuerza armada nacional”.
Éstas son pruebas irrefutables del financiamiento extranjero a la oposición venezolana con el único fin de lograr la desestabilización del país y crear un imaginario de fraude electoral a través del terrorismo mediático cartelizado.
– Álvaro Verzi Rangel, Sociólogo, investigador del Observatorio de Comunicación y Democracia
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