No hay dudas, la Revolución atraviesa zona de turbulencia, está en crisis. Los revolucionarios chavistas debemos enfrentar estas dificultades con la actitud de los grandes líderes y los grandes pueblos: ¡Creciéndonos frente a las dificultades! Nunca con la llorantina de los mediocres que frente al primer obstáculo sueltan el llanto y miran hacia los lados buscando un chivo expiatorio que los tranquilice, aunque no resuelvan el entuerto.
El chivo expiatorio era costumbre de algunos pueblos antiguos que depositaban en el animal, de manera simbólica, todas las culpas del año, y luego lo abandonaban en medio del desierto acompañado de insultos y pedradas, entregándolo al demonio. El procedimiento era muy eficaz para la tranquilidad de aquella gente, descargando las culpas podían dormir tranquilos. Ahora bien, en Revolución, este método es dañino. Veamos.
El mecanismo del chivo expiatorio evita la crítica profunda, victimiza a alguien en la superficie evitando ir a las causas de las dificultades, de esta manera no permite corregir rumbos. Es un goce momentáneo, tiene el placer morboso, la pulsión patológica del linchamiento, es un paliativo que al distraer a los pueblos de objetivos trascendentes sólo produce sufrimiento. Sobre esta estrategia se sostienen las elecciones burguesas: el voto castigo no es otra cosa que el rito pernicioso del chivo expiatorio.
¿Quiénes y por qué atacan al Ministro Ramírez?
En primer lugar, lo hace la oligarquía. Se trata de una fina operación para debilitar al gobierno, al Presidente Maduro, no es casualidad que enfilen contra una pieza clave de la Revolución de su economía y su política. PDVSA, el Ministro, han sido objetivo desde el sabotaje petrolero hasta la ola de rumores, nunca han cesado los ataques. Es más fácil atacar a un pilar que hacerlo con todo el edificio, separan al Ministro Ramírez del resto del gobierno, y allí, débil, lo sacrifican. De esta manera debilitan a todo el gobierno, a la Revolución.
Junto a estos encontramos a los que por omisión ayudan al ataque, no defienden, creen que no es con ellos y voltean para otro lado.
Y lo más grave, chavistas confundidos que toman conductas clientelares, mayameras “dame dos”, perdidos en el vacío que ha dejado la Revolución, en las carencias de la formación, de la elevación de la Conciencia del Deber Social, en el estímulo a la psicología clientelar.
Lo que está pasando es una alerta, quizá la última, que nos señala que la Revolución debe ¡rectificar! el camino del coqueteo con el capitalismo. Se demuestra temprano que la estrategia de estabilizar el capitalismo y que éste nos eleve las fuerzas productivas es errado, porque trae aparejada la elevación de la conciencia capitalista rentista, una conducta contrarrevolucionaria. El camino justo es avanzar con fuerza hacia el Socialismo, no hay atajos.
Hoy se impone ¡rectificar errores! Volver a la consigna ¡Horror a las oligarquías! Hacer una campaña que eleve la conciencia revolucionaria, que devuelva al pueblo las razones sagradas por la cuales luchar, que defina enemigos, rumbos, que eleve la autoestima, y, sobre todo, que vaya a las causas profundas de los problemas, de la inseguridad, del desabastecimiento, de la carestía. Sólo un pueblo consciente, politizado, informado, con razonas sagradas será posible de emprender el hermoso y difícil camino de construir un nuevo mundo, el Socialismo.
¡Sólo RECTIFICANDO el gobierno revolucionario será viable!
Vivan los hijos de Chávez,
Maduro es Socialismo, Socialismo es Maduro
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