La imagen de Ledezma y Capriles Radonsky, conspicuos voceros del desconocimiento institucional, sentados en Miraflores recibiendo las orientaciones del Jefe del Estado Nicolás Maduro, es el símbolo de la victoria democrática de nuestro Pueblo contra la violencia política. Ver al candidato perdedor del 14 A, asumiendo su funciones como gobernador, sentado como manda la Constitución con la mayoría de alcaldes y alcaldesas, diputados y diputadas bolivarianas del estado Miranda, subordinándose al Ministerio del Interior para combatir la criminalidad, en la entidad con mayor índice delictivo de Venezuela, es la muestra inequívoca de la victoria popular contra la violencia política derechista.
A la mayoría del Pueblo venezolano, la historia habrá de reconocerle su capacidad de derrotar a fuerza de votos a la derecha violenta que durante los 15 años de Revolución Bolivariana ha intentado llevar al país a una confrontación civil. Dos victorias electorales son emblemáticas en este sentido. La primera, la del 15 de agosto de 2004, cuando se ratificó en la Presidencia al Comandante Chávez, de manera abrumadora. Ese triunfo puso fin a la aventura de violencia fraccionalista iniciada en el año 2001.
Las elecciones del 8 de diciembre de 2013, podemos señalarla como la segunda gran victoria contra la violencia fascista. Ganar en la mayoría de alcaldías, capitales y en la sumatoria total de votos a nivel nacional, significó la derrota del intento de desconocimiento de la voluntad popular y de las instituciones democráticas, iniciado el 14 de abril de 2013 por las corrientes fascistas de la oposición dirigidas por Capriles Radonski.
El Pueblo venezolano el 8 de diciembre, nuevamente logró que triunfara la paz; que los promotores de la violencia política estén, por ahora, actuando en el marco de la Constitución y las Leyes, bajo el mando de la jefatura del Estado. Seguramente, vendrán nuevos intentos de fracturar la estabilidad y la unidad de la Patria, en consecuencia, vendrán nuevas victorias de la mayoría democrática del Pueblo venezolano.
En este 2014, nos toca aprovechar el tiempo para el impulso de una política económica productiva, en el marco del Socialismo, y avanzar en el debate político ideológico de las tareas de nuestra Revolución en esta nueva etapa, sin dogmas pero sin temor a las contradicciones en el seno del Pueblo, siempre que estas sean honestas y constructoras de unidad. Que el debate crítico, no esté mediado por la egolatría intelectual y las aspiraciones burocráticas de algunos dirigentes, mucho menos por las intenciones fraccionalistas que el enemigo quiere desarrollar en nuestras filas. Unidad, lucha, batalla y victoria para seguir construyendo la Patria buena para todos y todas.