Hasta el domingo 8 de noviembre
(Foto.Cortesía)
Nota de Prensa
A partir del próximo jueves 5 y hasta el domingo 8 de noviembre en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC),
ubicado en la avenida Páez de El Paraíso, el Taller de Títeres de esta
casa de estudio celebrará sus 35 años de existencia con una amplia
programación para todas las edades.
Con presentaciones en colegios, espacios públicos y
jornadas de formación, el Taller de Títeres del IPC, fundado y dirigido
por Elías Carrillo, festejará más de tres décadas de llevar alegría a
través del arte de los muñecos a diversos rincones de la geografía
nacional e incluso fuera de las fronteras venezolanas.
Como parte de la celebración se realizará el IV
Encuentro de títeres UPEL (Universidad Pedagógica Experimental
Libertador), que contará con la participación grupos de La Universidad
del Zulia (Chímpete Chámpata); Universidad Central de Venezuela
(Cantalicio) y los Institutos Pedagógicos de Maturín, Barquisimeto y
Caracas.
El jueves 5 de noviembre, a partir de las 2:00 pm,
se tiene previsto el acto de inauguración del IV Encuentro de títeres y
el 35 aniversario del Taller de Títeres en los Mini auditorios del IPC.
Para esta ocasión se espera la participación del Orfeón Juan Bautista
Plaza, perteneciente a esta alma mater, así como la presentación de la
obra La historia de un caballo, por parte del grupo anfitrión.
Además este día se realizará el conversatorio “El títere y su aplicación en la educación, terapia y recreación”.
El viernes 6 de noviembre, las agrupaciones de
títeres participantes en el encuentro, visitarán en horas de la mañana
diversas instituciones educativas cercanas al IPC y en la tarde
ofrecerán en casa de estudios universitaria, talleres relacionados con
el arte de los muñecos como: confección de títeres con material de
provecho, teatro luminiscente, cuentacuentos, animación, entre otros.
Para la inscripción de estas jornadas formativas gratuitas, pueden
dirigirse a la Coordinación de Extensión Socio Cultural, ubicada en el
primer piso de la sede del Pedagógico de Caracas.
Para el sábado 5 de noviembre se tiene programada
una Gran Feria Titiritezca, en los espacios de la plaza rectorado del
IPC. En esta jornada que comenzará a las 11:00 am y culminará a las 4:00
pm, los asistentes podrán disfrutar de forma gratuita de espectáculos
de circo, teatro infantil, títeres, pinta caritas y muchas sorpresas
más. Además habrá una expo venta de dulces, bebidas, comida criolla,
artesanía, libros, juguetes y manualidades.
La celebración culminará el domingo 8 de noviembre
con la presentación de las agrupaciones de títeres en la Biblioteca
Nacional y en el Asilo Fundación Asilo Providencia, localizado en San
Martín.
35 años titiriteando con los docentes
El Taller de Títeres del IPC fue creado en 1980 por iniciativa de la mencionada casa de estudios, perteneciente a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).
Desde entonces, el profesor Elías Carrillo, quien cuenta con una
importante trayectoria artística en el mundo de la tablas, ha dirigido
esta agrupación, dedicada a buscar nuevas técnicas de animación y a
llevar al teatrino obras de creaciones colectivas y de diversos autores.
Este Patrimonio Cultural del Pedagógico de Caracas
ha recorrido diferentes estados del país, participando en festivales y
encuentros universitarios, regionales y nacionales. También ha llevado
el talento ipecista fuera de las fronteras venezolanas, específicamente a
Paraguay y a Argentina, país último donde representaron a Venezuela en
la Novena Semana Internacional del Títeres.
Cada montaje del Taller de Títeres del IPC es una nueva sorpresa en calidad y profesionalismo del arte de los muñecos. Muñecos de goma espuma, de guante, guiñol, varillas, sombras chinescas, cámara oscura, entre
otras, son parte de las técnicas empleadas por esta agrupación
conformada por estudiantes y egresados de la mencionada casa de
estudios, así como con personas de la comunidad que manifiestan su deseo
de aprender.
Algunas de sus montajes son: Quete, creación
colectiva (1981-1982); La mancha de Don quijote, adaptación de la obra
de Miguel de Cervantes (1983); Tres historias de animales, de Milan
Pavlik (1986-1987); Titiriteando, creación colectiva (1990); Los amores
de Don Pelimplin con Belisa en su jardín y el Retablillo de Don
Cristóbal, de Federico García Lorca (1991).
A partir de 1993 la agrupación crea una nueva
técnica de Títeres Gigantes, diferentes en su funcionamiento a los
conocidos como marotes o cabezones. Fue entonces cuando, influenciados
por algunas referencias extranjeras, realizan el montaje de la obra de
Mahfud Massis: Leyendas del Cristo Negro, montaje que les es hizo
merecedores del Premio Municipal de Teatro 1994.
Bajo esta misma línea creativa de títeres
gigantes, presentan los trabajos de creación creativa Diablo Rojo en
1995 y De cómo los indios convencieron a Colón de que la tierra era
redonda en 1997. En esta última puesta en escena incluyen elementos como
el juego con telas y los zancos. En 2002 ofrecen la puesta en escena El
caballo soñador.
Para 2004, el Taller de Títeres del IPC decide
hacer un receso en la técnica de títeres gigantes y vuelve a las salas
con la pieza Sueños, obra escrita por uno de los integrantes de mayor
permanencia y trayectoria en la agrupación, Arturo Mariño, montada bajo
la técnica de cámara negra.
Luego del éxito de esta obra, en 2008 los
titiriteros el Pedagógico vuelven a las calles con sus muñecones, esta
vez con una historia llena de misterio, personajes de horror y mucho
humor, se trata de la obra Espantos y aparecidos, de creación colectiva.
Paralelo al desarrollo de este montaje trabajan la
obra de sala Cabaret Papier Maché (creación colectiva) y posteriormente
La historia de un caballo, basada en el cuento de Aquiles Nazoa.
El Taller de Títeres del IPC ha organizado tres
encuentros de títeres en los que reúnen a diversas agrupaciones de este
arte para intercambiar experiencias y ofrecer a la comunidad caraqueña
otra opción para la sana convivencia y recreación.
Además a finales de 2014, los títeres del IPC
fueron expuestos en el Museo de Alejandro Otero, teniendo gran
receptividad por el público asiduo a este espacio cultural.
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