(Foto. Archivo)
Contexto
Con
cada década las expectativas de vida y también los miedos se
acrecientan. Pensamos en una carrera, una profesión, casamiento, hijos,
nietos, jubilación y en nuestro cuerpo, que sufrirá con nosotros cada
cambio generacional.
A los 20 años el cuerpo se adapta al ritmo, rendimos mejor en los
ejercicios físicos; luego, a los 30, va perdiendo tono muscular, y con
los embarazos sufren cambio importantes. A los 40, hay una disminución
de la libido y a los 50 llega la temida menopausia. Todo eso supera
nuestro estado físico.Veamos, entonces, cuáles son esos cambios y cómo combatir los que nos perjudiquen y ayudar a nuestro cuerpo, fiel compañero, a superarlos.
Más saludable, a los 20
La ventaja, o desventaja según cómo se maneje, de nuestro cuerpo a los 20 años es que puede perder peso constantemente y, sin embargo, nos sentimos más saludables. Estamos en el momento pleno de energía y entusiasmo.
Sin embargo, el 56% de adolescentes con patrón normal de alimentación les preocupa estar gordas, según una reciente encuesta de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA). El estudio se realizó a más de 1000 jóvenes de colegios secundarios y arrojó otro dato para tener en cuenta: el 28% de los alumnos que participaron sufren desórdenes alimenticios.
Los resultados extraídos de los alumnos que tienen un Patrón Normal de Alimentación, no hacen más que corroborar el lugar que ocupa la figura y la alimentación en la vida de los adolescentes. "Sabemos que su humor y sus conductas pueden estar modificados por la percepción de su imagen corporal y la opinión del Otro. Si a esto entonces le agregamos la presión social, tanto de sus pares como del mundo en general, obtenemos un resultado preocupante", señala el licenciado Marcelo Bregua, psicólogo clínico y coordinador general de ALUBA.
Las patologías de este tipo, como la anorexia y la bulimia, tienen mayor incidencia en la adolescencia temprana, aunque la edad de comienzo es cada vez más temprana. Seguí leyendo desórdenes alimentarios en jóvenes.
Algunos consejos para las jóvenes de esta edad:
*Creá buenos hábitos de ejercicio y que el cuerpo es más receptivo a los beneficios positivos. Aprovechá que la masa muscular está óptima durante esta década por lo que se ven mejores resultados.
*Ante un cuadro de estrés laboral, lo mejor es mantener una buena dieta con bajo nivel de azúcar, y reducir la ingesta de alcohol.
*Durante los 20 las hormonas siguen siendo altas, también la fertilidad.
Equilibrio, a los 30 años
En esta década las hormonas tienden a equilibrarse. Esto significa que la mayoría de los cambios que suceden en el cuerpo están influenciados por el estilo de vida, pero también comienza a perderse el tono muscular. En este punto, una gran cantidad de mujeres comienza a mirarse en el espejo y pensar "mi cuerpo ya no es lo que solía ser".
Lo cierto es que a esta edad el aumento de peso se debe más al estilo de vida. El estrés laboral, por ejemplo, es una de las razones. Los altos niveles de estrés pueden causar un comunicado reaccionario de hormonas que le animan al cuerpo a almacenar peso.
Por otra parte, el rostro se vuelve más delgado y más angular. Según la oftalmóloga Maryam Zamani, las mujeres experimentan pérdida de volumen en la mitad del rostro y de la barbilla, porque producen menos colágeno.
Los embarazos también contribuyen al aumento de peso y flacidez de los músculos. Aunque, para concebir, los 35 años son el punto de inflexión, ya que comienza una disminución importante de la fertilidad en la mujer. La explicación está en que ésta nace con una determinada cantidad de óvulos y éstos nunca más se dividen, es decir, que los óvulos tienen la misma edad que la mujer. Después de los 35 años, la capacidad del óvulo de fertilizarse es naturalmente menor. Lograr un embarazo puede llevar más tiempo de lo esperado.
A los 40, alimentarse bien
Cuando entramos en esta década la libido comienza a disminuir debido a las hormonas inferiores o, simplemente, porque nuestro cuerpo se agota más rápido. Se deben comenzar a cuidar los huesos para prevenir la osteoporosis o artritis.
En la cuarta década, pueden aparecer síntomas pre-menopáusicos causando sorpresa en algunas mujeres que no los esperaban hasta los 50. La mejor manera de reducir los síntomas es hacer ejercicio y eliminar el azúcar y el alcohol, comer alimentos con ácidos grasos omega 3 y abastecerse de vitaminas para combatir la depresión.
Con respecto al rostro, los cambios son variados: la estructura de la cara puede cambiar de forma significativa, ya que ha perdido grasa; la nariz tiende a sumergirse hacia abajo, los labios pierden volumen y la estructura facial puede verse afectada con la pérdida de masa ósea.
Sin embargo, para Diana Resnicoff, psicóloga y sexóloga clínica, "los 40 son muy importantes para las mujeres. A esa edad suelen tener definida su parte laboral; si son mamás, sus hijos ya están grandes, son mujeres que se sienten mucho más dueñas de su cuerpo y además están más dispuestas a explorar nuevas formas de sexualidad".
Para una gran mayoría de mujeres, llegar a las cuatro décadas equivale a entrar en una suerte de segunda juventud. Se dan permiso para redescubrirse en distintos aspectos, pero muy especialmente en lo referido a la vida sexual. Lee más sobre la llamada "segunda juventud".
A los 50, la temida menopausia
Durante la década de los 50, entramos en la menopausia y no existen directrices claras porque cada mujer tiene diferentes experiencias, pero la mayoría de los cambios en sus cuerpos están relacionados con ésta.
Hay una pérdida de interés en el sexo debido a los cambios hormonales y una caída en los niveles de estrógeno; los cambios en el estilo de vida pueden causar varios cambios en el estado de ánimo: hay más ansiedad, depresión y una baja en el estado de ánimo. Físicamente, hay un aumento de peso alrededor del estómago y los huesos se vuelven más débiles.
Para el doctor Juan Hitzig, especialista en medicina del envejecimiento y prevención gerontológica, mantenerse joven es una posibilidad hoy día, por eso es importante aclarar algunas falsas creencias sobre la vejez.
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