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Conoce Caracas en estas vacaciones


Caracas, la cuna de El Libertador, ciudad de constante movimiento y transformaciones, de grandes masas de gente despierta desde temprano, es una ciudad que esconde en sus entrañas hermosos parajes y sitios interesantes para visitar y aprender. La vida del caraqueño constantemente se debate entre el tráfico automotor y los quehaceres cotidianos, por ello el tiempo para el disfrute es muy reducido. Muchos no tienen posibilidad de descubrir a Caracas y de perderse en sus maravillosos lugares, sin embargo con un poco de planificación se puede conocer esta gran ciudad.

Ciudad de los contrastes 

Hace poco recibí la visita de unos compañeros argentinos que llegaron a Caracas porque era el pasaje que pudieron encontrar más barato en el aeropuerto deBuenos Aires. No sabían qué hacer en esta ciudad y lo único que tenían en mente era visitar Choroní, estado Aragua. Cuando los recibí me esforcé por cambiar su idea y los invité a recorrer la capital de los contrastes.
Tras su llegada surgió la primera pregunta: ¿Y qué hacemos en Caracas? Ahí comenzaron a llover lugares en mi memoria y recordé que Caracas no solo tiene un clima envidiable y un Warairarepano encantador velando nuestros sueños, sino que en este privilegiado valle hay mucho que ver y visitar.

Recorrido histórico

El centro de Caracas siempre ha sido un lugar especial para mí, con cierto misticismo, con un no sé qué en el ambiente que atrapa. Siempre lo he llevado en mi mente aunque en los noventa, fecha en la que viví mi adolescencia, estaba totalmente destruido, sucio, abandonado y olvidado. No obstante, con la llegada delpresidente Chávez al poder el centro se fue convirtiendo en el sitio que yo soñaba. Las grandes estructuras comenzaron a llenarse de color y vida y los espacios fueron recuperados.
Empecé el recorrido llevándolos a la Plaza Diego Ibarra. Les conté que esa Plaza llegó a ser un mercado de la economía informal y que ahora es un espacio para el encuentro de la familia caraqueña, donde se celebran conciertos y actividadesespeciales.
 
 
Imágenes de la transformación revolucionaria de la Plaza Diego Ibarra. Fotos: Archivo
 
Posteriormente fuimos a la Plaza Bolívar, también remozada por la Revolución, donde ahora se puede tomar un café y una torta en Café Venezuela, un chocolate en Cacao Venezuela o un helado en Coppelia.
    
 
Vistas de Santa Capilla, Plaza Bolívar, Asamblea Nacional y el nuevo Mausoleo. Foto: Archivo 
 
Visitamos la casa del Vínculo y el Retorno, el Museo Sacro de Caracas, la Casa Amarilla, la Plaza El Venezolano, la casa natal de Simón Bolívar, el Teatro Municipal, la Catedral de Caracas, la Basílica Menor Santa Capilla, El parque Ezequiel Zamora (EL Calvario), el Cuartel de la montaña 4F, el Panteón Nacional. el nuevo Mausoleo y la Quinta Anauco en San Bernardino.
 Vistas de la casa natal de Simón Bolívar, la casa del Vínculo y
el Retorno, la Quinta Anauco y el Museo Sacro de Caracas. Fotos: Archivo 

Recorrido cultural 

Luego de este recorrido histórico pasamos al cultural. Empezamos visitando elMuseo de Bellas Artes, el Museo de Ciencias de Caracas, el Museo de Arte Contemporáneo, el Teatro Teresa Carreño, donde ahora funciona la Universidad de las Artes (Unearte) y la Mezquita Ibrahim Ibin Abdul Aziz Al-Ibrahim.
 
 Vistas de la Mezquita Ibrahim Ibin Abdul Aziz Al-Ibrahim, Museo de
Arte Contemporáneo, Museo de Bellas Artes y Teatro Teresa Carreño.
Foto: Archivo  

Domingo de ejercicio 

Cuando era una adolescente recuerdo que a Los Próceres no se podía ir en la noche. Era peligroso, decía mi mamá. Al Parque Los Caobos ni se diga, ahí solo iban malhechores a esconderse. Pero de un tiempo para acá me la paso los domingos en bicicleta recorriendo la ciudad, maravillada en las ciclovías que ahora podemos disfrutar. Llevé a los argentinos al Paseo Los Próceres y a El Laguito, único lago artificial de Caracas donde se pueden apreciar peces, tortugas y patos. Paseamos por la gran ciclovía de 16 kilómetros que se activa desde Los Monolitos hasta el Ezequiel Zamora.
   

Vistas de El Laguito, Ciclovía de La Bolívar, Paseo Los Próceres, Parque Ezequiel Zamora. Foto: Archivo
 
Disfrutamos del recuperado Parque Los Caobos y finalizamos visitando el nuevoBulevar de Sabana Grande donde los domingos artistas populares se apropian de los espacios para compartir su arte con los transeúntes. Les mostré el Centro Comunal Manuelita Sáenz construido en el Bulevar donde ahora trabajan los comerciantes que por décadas deambularon en Sabana Grande.
 
Imágenes de la transformación revolucionaria del Bulevar de Sabana
Grande. Foto: Archivo  

Caracas desde las montañas

Ver a Caracas desde la montaña debe ser obligación para cualquier visitante. Los dos puntos más importantes para apreciar la cuna de la libertad suramericana son el mirador del Warairarepano y la Redoma El Mirador, ubicada en Colinas de Valle Arriba. En ese lugar se puede ver la inmensidad del cerro El Ávila arropando la metrópoli caraqueña.
  

Gastronomía

Debido a que Caracas reúne una porción de todas las regiones de Venezuela y del mundo se puede comer gran variedad de platillos. Para desayunar pasamos por Los Ilustres donde hay varios comercios de empanadas, pastelitos, papas rellenas y batidos de frutas. También pasamos por El Cubanito en la Avenida Roosevelt de Las Acacias. Allí hay que comer frita cubana y un batido de chocolate, antes daban un vasito de ñapa pero ya no. Pasamos por el mercadito peruano que se instala los domingos en el Bulevar de Quebrada Honda o Amador Bendayán. Fuimos a Pizza Evio's cerca de La Bolívar, a la Cuadra Gastronómica de Los Palos Grandes (recomiendo la hamburguesa de morcilla de Tríptico Restaurant) y comimos dulces criollos frente a la Plaza Bolívar de El Hatillo.
  
  Vistas de Pizza Evio's, Mercado Peruano Atahualpa y El Hatillo.
Foto: Archivo  

Playa y montaña

Aunque lo típico es llevar a los extranjeros a subir el cerro Él Ávila a pie o en el teleférico para visitar Galipán y ver el mar de La Guaira desde el Humboldt preferimos ir hacia la Colonia Tovar, ya que desde Caracas, tomando la nueva carretera Mamera-El Junquito, se llega en cuestión de minutos. Como llegamos en la mañana nos paramos en El Rey del Golfeado, parada típica que no puede faltar. Comimos allí y seguimos nuestro camino hacia El Junquito, no pudimos parar a comer cochino y fresas con crema porque teníamos como meta llegar a la playa. Sí, a la playa, pues al llegar al cruce hacia la Colonia Tovar (Aragua) se puede cruzar a la derecha e ir por ese camino hasta Puerto Cruz (Vargas), un paraíso entre las montañas.
    
 Vistas de la Colonia Tovar, Carretera Mamera-El Junquito y Puerto Cruz.
Foto: Archivo.  
 
Desde la bomba de la Colonia Tovar hasta Puerto Cruz es una hora y media de camino por una carretera de muchas curvas, pero vale la pena. Al llegar los argentinos se lanzaron al mar como peces. Estaban extasiados con el azul del mar, la temperatura del agua y lo apacible del lugar. Comimos pargo frito, inmenso (alcanza uno para dos) y a las 3:00 PM regresamos, antes de que la neblina se apoderara de la vía. A las 4:30 llegamos a la Colonia, no podía faltar el perrocaliente con salchicha polaca o alemana, el batido de mora, el chocolate caliente, las fresas con crema; las galletas y suspiros, los duraznos y las fresas para llevar.
A las 8:00 PM bajamos a Caracas y terminamos el paseo llevándolos a ver las luces de la Plaza Venezuela. Después de conocer Caracas se fueron a Choroní y luego volvieron a su país. No he podido hablar más con ellos pero sé que no les dio tiempo de aburrirse en mi querida ciudad.
 
Plaza Venezuela. Foto: Archivo

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