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Conmeración del 27 febrero de 1989 Osqueliz Campos: Una historia de las secuelas imborrables del Caracazo


Campos destacó que en esos días los funcionarios actuaban bajo la premisa "disparen primero y averigüen después"/ Foto: Captura
Yvke Mundial/ Telesur/ AVN
Las secuelas de la represión por parte de organismos de orden público durante el estallido social vivido en Venezuela el 27 y 28 de febrero de 1989, conocido como el Caracazo, persisten luego de 26 años entre venezolanos como Osqueliz Campos, quien perdió la visión a manos de un funcionario de la extinta Policía Metropolitana (PM) durante esos días.
En una entrevista realizada este viernes por Telesur, Campos indicó que ese 27 de febrero se encontraba en su trabajo, ubicado en el sector de La Yaguara, Caracas, cuando escuchó ruidos proveniente de la calle. Al asomarse, observó como personas sacaban bultos de pasta, detergente y otros productos acaparados.
Sus jefes lo enviaron a él y otros compañeros a sus casas. "Cuando bajamos, vi personas con gandolas y carros pesados golpeando las puertas de distintos locales", con la intención de tumbarlas.
Estas manifestaciones fueron la reacción popular al Paquetazo, conjunto de medidas aplicado por Carlos Andrés Pérez al inicio de su segundo mandato (1989-1993) y que incluyeron la liberación de precios, entre otras acciones. Como consecuencia, se registró en aquel momento escasez de alimentos y el alto costo de los mismos, una de la razones por las cuales el pueblo se rebeló hace 26 años.
"Esto es un saqueo, compadre, vamos a tener que buscar comida porque esto se esta poniendo feo", le dijo a Osqueliz un compadre suyo, en un especie de alerta sobre el alcance de la violencia que se avecinaba.
Para ese momento el Estado venezolano ya había reaccionado de manera totalmente represiva enviando a los cuerpos de seguridad a arremeter contra todas las personas que se encontraban protestando en las calles de Caracas, lo que significó la mayor masacre registrada en el siglo XX, la cual dejo miles de personas muertas, heridas y desaparecidas.
En horas de la noche "nos encerramos porque ya a esa hora había mucha represión", ya estaban suspendidas las garantías, recordó Osqueliz. Sin embargo,ante la presencia de personas que estaban entrando a las casas de la zona donde vivía, la parroquia Antímano, Campos se acercó a la ventana de su casa. Desde ahí, vio acercarse una patrulla de la PM. "Lo último que recuerdo, fue el fogonazo que salió de la patrulla y de allí no recuerdo más".
Campos había recibido un disparo en el rostro, lo cual hizo que perdiera la vista permanentemente. Días después del ataque se enteró, por testimonio de vecinos de la localidad, que quien le disparó fue un funcionario de la PM que residía en Antímano también.
Destacó que en esos días los funcionarios actuaban bajo la premisa "disparen primero y averigüen después", impuesta por Rómulo Betancourt, presidente entre 1959 y 1964 y miembro fundador del partido Acción Democrática, en el que militar el propio Pérez. "Los mataban como si fueran animales, como si fueran cochinos, no les importaba".
A 26 años de ese episodio, que reflejó el poco respeto que los gobiernos de la IV República brindaban a los derechos humanos, Osqueliz espera que un atropello como este no se repita. "No quisiera que esto ocurriera más nunca en el país ni en ningún país del mundo, porque fueron más de 5000 muertos en aquel entonces y no quisiera que nuestros nietos e hijos vivieran lo que nosotros vivimos en ese entonces".

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