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Atentados en París: la internacionalización del Estado Islámico y la corresponsabilidad de las potencias de Occidente

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La cifra de muertos que deja el ataque terrorista ocurrido ayer en Paris aún es imprecisa, aunque en cualquier caso escalofriante, dolorosa. Esta nueva masacre solo puede comprenderse si se analiza el también doloroso contexto geopolítico, no sólo en Medio Oriente. La cumbre COP21 como objetivo cercano.

Antecedentes, contexto

En enero de este año, el atentado contra la sede de la revista satírica Charlie Hebdo, atribuido a una sección de Al-Qaeda, dejó 17 víctimas fatales, entre ellas los integrantes del plantel de caricaturistas, críticos con el Islam. Su humor ofensivo había abierto muchos debates relacionados con la guerra al terrorismo. “¿Hasta donde provocamos como sociedad ese tipo de fundamentalismos?". "¿Las nuevas leyes e intervenciones militares antiterroristas, nos protegen o nos ponen en mayor peligro?”. Preguntas que, pasado el primer estupor, volverán a oirse estos próximos días, cuando se analice la nueva tragedia.


En octubre pasado, Francia se había sumado a los bombardeos en Siria. Mientras las guerrillas kurdas y los ataques de Rusia o Hezbollah buscaban ganarle terreno al Estado Islámico en Medio Oriente, estos últimos daban muestras de buscar internacionalizar su acción. Así parecía demostrarlo una serie de ataques como el atentado fallido a un tren francés el 15 de agosto pasado, los intentos terroristas en Beyrouth, Líbano, o en Bagdad, Irak; y en los últimos días los de Egipto o Turquía, que se cobraron al menos 102 vidas el pasado 10 de octubre.

Mientras tanto, a pocas horas de los hechos, el grupo yihadista Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad de los atentados y amenazó con nuevos ataques. "Esto es culpa de Hollande [el presidente francés] por intervenir en Siria e Irak", declaró un sobreviviente haber escuchado decir a uno de los atacantes en París. Pasado el primer impacto, las imágenes televisadas dan cuenta de una policía desesperada por arrestar sospechosos, es decir, cualquier persona no blanca que se cruce en el camino de las patrullas parisinas. La ola de racismo e islamofobia tendrá su recrudecimiento, en Francia y toda Europa.

Ese temor ya comenzó a hacerse manifiesto en las redes sociales, alertando sobre ataques xenófobos contra refugiados sirios que siguen llegando a Europa expulsados por la violencia en su propio país. Las declaraciones del presidente francés, “los terroristas deben saber que se encontrarán ante sí con una Francia determinada y unida”, o las de Barack Obama, quien calificó los ataques como un atentado "contra la humanidad y nuestros valores universales", no hacen más que recordar las declaraciones George W. Bush tras el fatídico 11 de septiembre de 2001. Para las potencias occidentales todo parece reducirse al recrudecimiento del combate contra el “eje del mal” aunque, a la luz de las evidencias (masacres, cada vez más muertos) dicho combate no pareciera dar ningún resultado favorable, sino más bien lo contrario.

Robo-COP21

Las leyes antiterroristas y medidas de seguridad ya se habían activado en París, que está (o estaba, veremos) a punto de recibir a 80 jefes de Estado de todo el mundo. Del 30 de noviembre al 11 de diciembre está programada la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas sobre el Clima, conocida como COP21, que se realizaría en las cercanías de la cuidad ayer atacada. Cinco mil efectivos de la policía antidisturbios estaban movilizados para esa ocasión. Tal despliegue ya era objeto de críticas, por su disposición de responder a probables protestas pacíficas. Los controles a las fronteras ya estaban establecidos para impedir el ingreso masivo de manifestantes al país. El gobierno francés iba anunciando el inminente riesgo, mezclando terrorismo islámico y protestas ciudadanas en la misma categoría. Las voces progresistas que se oponen a las intervenciones militaristas y a las Cumbres mundiales que las legitiman, ya venían dando muestras de preocupación ante el riesgo de convertirse en víctimas de estas medidas antiterroristas. Ahora, la situación sólo puede empeorar.

Frente al horror de un centenar y medio de muertos, esta vez en Francia, otras tantas en Medio Oriente, las próximas en cualquier ciudad, los temores y las preocupaciones son genuinas. Las políticas de las potencias occidentales han alimentado, o incluso creado, el terrorismo que se expresa a nombre del Islam, y no parecen dispuestas a corregir el rumbo. El periódico francés Le Parisien titula, hoy: “Ahora si empezó la guerra”.
Fuente: Colombia Informa

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