YVKE Mundial/ Yordi Piña
El alba no era igual que todos los días aquella mañana. El olor a café recién colao se mezclaba con un aire de esperanza que recorría los barrios, edificios, urbanizaciones del país, tras años de vejación política y económica. Miles de rostros se iluminaron ese día ante una propuesta de independencia nacional, un proyecto cívico-militar enraizado en la historia venezolana que tras un “por ahora” acumuló las voces de cientos, miles, millones de ciudadanos que clamaban cambios. El 4 de febrero de 1992 nació la esperanza de renovación nacional.
La madrugada del 3 de febrero de ese año se enfiló la “Operación Zamora” en Zulia, Carabobo y Aragua, con coordinaciones especiales en Mérida, Táchira, Barinas, Apure, Bolívar, Amazonas y al Oriente del país. El “tierra y hombres libres” del general mirandino fue asumido por un contingente de Tenientes Coroneles, Mayores, Capitanes, Subtenientes, Sargentos y Soldados que cambiaron los caballos por tanquetas, las espadas por fusiles y -en esencia- los campesinos se mantenían como militares de la República. No había diferencias.
Caracas, sin embargo, era el lugar de la victoria. La toma de la capital significaba el triunfo de la estrategia militar emancipadora. Carlos Andrés Pérez había regresado de Davos, Suiza, con un escenario político debilitado, pues las secuelas de 1989 mantenían un profundo descontento de la sociedad. Ronald Blanco La Cruz y Antonio Rojas Suárez eran los encargados de tomar el Palacio de Gobierno.
No obstante, la satisfactoria victoria de la insurrección en el estado Zulia fue comunicada a Caracas. El para entonces ministro de la Defensa, general Fernando Ochoa Antich, informó sobre lo acontecido a Pérez, quien evadió la captura a pocos minutos de que se concretara. Huyó al canal “Venevisión” y cerca de la 1:00 a.m condenó la rebelión ante el país.
Dos escenarios: El Teniente Coronel Hugo Chávez desde el Museo Militar y Ochoa Antich desde Miraflores. Una llamada: -Chávez, ¿qué ha pensado? Si continúan los enfrentamientos, usted será el único responsable-.Necesito garantías, respondió el joven militar revolucionario, de acuerdo con declaraciones que años después hiciera el titular de Defensa del gobierno adeco.
Pérez había ordenado asesinar a Chávez con la excusa de llevárselo a Miraflores. No obstante, fue trasladado a la sede del Ministerio para la Defensa y su declaración de 90 segundos a los medios de comunicación le salvó la vida y sembró la esperanza del futuro.
“En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela (...) compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder (...) vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un camino mejor”, sentenció.
23 años después Venezuela conmemora este día como Día de la Dignidad Nacional, en un escenario político que reafirma su historia, en el que prevalece la protección de las clases populares y la condena del imperialismo. Un logro del Comandante Hugo Chávez.
YVKE pulsó la opinión de autoridades sobre el 4-F, escúchelo en el siguiente trabajo especial:
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