Buenas tardes a todos: Tras cumplir con mis obligaciones hogareñas mejor conocidas como "día de compras por numero de cédula" dos eventos llaman mi atención.
El primero: la elección de la nueva Cámara Municipal De Plaza. Por tal motivo felicito a todos aquellos que asumieron hoy funciones nuevas en beneficio de la buena gestión para el año 2016. (no pude asistir por los motivos expuestos al principio de mi escrito).
El segundo: La cómica que los señores de la nueva Asamblea Nacional, esa, la "del cambio", cometieron o incurrieron al suspender la Sesión Ordinaria pautada para el día de hoy, bajo la excusa de falta de quórum,sospechosamente, considerando que hoy tenían que pronunciarse sobre el acatar la decisión del Tribunal de la Corte Suprema de Justicia, referida a la nulidad de la juramentación de los 4 candidatos opositores,quienes resultaron ganadores de las elecciones recientes pasadas, en unos circuitos donde renacieron las viejas prácticas adecas, aquellas caracterizadas por la presencia de seres "del más allá" ejerciendo su deber en el acto de votación mismo, cual sortilegio o acto "milagro de profundo contenido esotérico".
En cuanto a esto último podría agregar que descubrí "el agua tibia" puesto que hemos sido testigos de las ya casi olvidadas en el tiempo, bravuconerías adecas, actos de soberbia puros, caracterizados por el desborde de una lívido de poder en medio de tremenda "orgía política" convirtiendo a la Asamblea Nacional en el penoso escenario de la iniquidad, malevolencia e ilegalidad por parte de aquellos que, históricamente hablando, establecieron el desacato prepotente como una fórmula aprobada para hacer política, aunque en realidad se podría, más bien, hablar de politiquería, considerando las actitudes puestas en práctica.
Ahora contamos con un poder legislativo en entredicho, ilegal y profundamente de derecha, que, como diría nuestro querido "Gabo" Gabriel García Marquez es la "crónica de una muerte anunciada", la de la democracia y la equidad.
...Que el Señor nos agarre confesados, como dice el refrán popular...
