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El hambre atroz de Chuo Torrealba Por: Eduardo Rothe

Eduardo Rothe



La gran ventaja de ser "guapo y apoyado" por los medios de comunicación privados y por las transnacionales de la información, es que uno puede decir cualquier embuste, y lo contrario al día siguiente, y seguir tan campante como si hubiera dicho una verdad.

Después que los parlamentarios burgueses se ufanaron de contar con una diputada transexual, la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) esperaba de la Asamblea Nacional anuncios de nuevos derechos o, al menos, de la voluntad de debatirlos.

Igual hubieran esperado ordeñar a una piedra: el inefable Chuo Torrealba (coordinador de la MUD y portavoz oficioso de la bancada burguesa) hizo público y notorio que ese era "un tema del Primer Mundo" y que problemas más graves y urgentes requerían la atención de los honorables representantes de la burguesía electos por el pueblo: la inseguridad, que nunca falta, y "el hambre atroz" que, según Torrealba, azota a Venezuela.

Hay que ser un individuo sin entrañas y muy sinvergüenza, un descarado, para atreverse a decir que en Venezuela hay "hambre atroz", o simplemente hambre, incluso con las  graves dificultades que atravesamos para conseguir, con el dinero que tenemos, los alimentos que queremos. Nada que ver con lo ocurrido en la Argentina antes de los Kirchner, donde la grave desnutrición infantil era un problema epidémico, o en la Goajira colombiana que registra miles de niños muertos de hambre como consecuencia de la sequía. Aquí nadie se está muriendo de hambre.

Torrealba lo sabe, pero sus declaraciones forman parte de la misma campaña que llevó a los diputados opositores a declarar "crisis humanitaria de salud" porque muchos medicamentos no se consiguen en las farmacias. Si estos "honorables" leyeran el 'New York Times" de esta semana, se enterarían que Estados Unidos sufre, desde hace años, un déficit crónico de analgésicos, anestésicos. antibióticos y drogas para el cáncer, por lo que clínicas y hospitales practican -dice el diario- un racionamiento de facto del cual hasta ahora no se había informado a la población. Lo que pasa con esta declaratoria de "crisis humanitaria" es que el General Kelly, hasta hace poco jefe del Comando Sur, que los Estados Unidos sólo intervendrán militarmente en Venezuela en caso de "crisis humanitaria", si son llamados por la OEA o por la ONU...

El "hambre atroz" de Torrealba es el Hambre de Poder, hambre vieja que aflige, desde hace 15 años, a la burguesía y sus representantes. Hambre que no se quita comiendo: conquistaron la mayoría parlamentaria y ya la impaciencia les impide esperar al referendo revocatorio a Maduro. Si no aparecen rápidamente otras salidas, nos dice el pícaro Ramos Allup, "habrá colapso y guerra civil"...

La incontinencia verbal lleva al prolapso: a fuerza de decir lo que no creen terminan por creer lo que dicen, y sobre ese credo analizan y conspiran, sólo para descubrir (siempre demasiado tarde) que lo único que escapaba a su análisis era la capacidad de análisis basada en la verdad.  No la verdad teológica o moral sino la práctica. Los diputados burgueses, en vez de escucharse a sí mismos deberían escuchar a un viejo sabio como el ex presidente del Uruguay  Pepe Mujica quien, hablando de Venezuela, recordó que aquí tenemos un instrumento formidable como el referendo revocatorio y advirtió a los opositores: "Si se meten en experimentos de voltear un gobierno con un golpe civil, las consecuencias pueden ser jodidas" porque, explicó, "esas Fuerzas Armadas que hay en Venezuela son chavistas, esencialmente chavistas". A buen entendedor...

Vivimos en un país hermoso y no tenemos guerra, ese mal que contiene todos los males. Sería lamentable, y lo lamentaríamos por generaciones, que la derecha continúe desaforada, prefiriendo un fin horroroso a lo que para ellos sería un horror sin fin..

El "hambre atroz" de poder que desespera a Chúo Torrealba y a los suyos, los vuelve voraces, "les abre las agallas" como dice el pueblo... que también dice: "agalludo come crudo".  Y ya que estamos en el refranero, ni esta advertencia ni ninguna otra inyectará prudencia en las filas de la anti-patria, porque "el que va a caer no ve el hueco" y -como decían los griegos- el camino de subida es el de bajada, y los dioses enaltecen a los que van a derrumbar.

Cosa mala ser, como Chuo Torrealba, un muerto de hambre político, pero aún peor tener hambre de muertos: la canalla parlamentaria invoca tácitamente a la intervención extranjera y coquetea con las potencias, creyendo que gringos y españoles los necesitarán tanto como ellos han necesitado a gringos y españoles. Los diputados de la MUD burgueses estrenan su nuevo poder y se bañan, nadan en su propia gloria, cada vez más lejos de la arena... sus risotadas no los dejan escuchar la música que llega del bar de la playa: "Tiburón ¿qué haces en la orilla?  Tiburón, lo tuyo es mar afuera".