Mientras muchas personas se hicieron eco de informaciones falsas que circularon en la redes sociales, que sólo incitaban más a la violencia y a la desobediencia que han generado grupos autodenominados "pacíficos", sólo los que estábamos allí sabemos lo que realmente sucedió.
Este jueves vecinos, trabajadores y todas las personas que nos encontrábamos en el lugar, vivimos un verdadero infierno en Caracas, específicamente en Los Ruices, cuando una lluvia de balas, piedras y botellas surcó los cielos del municipio del alcalde opositor Carlos Ocariz.
En horas del mediodía, grupos fascistas levantaron barricadas en el lugar,obstaculizando el libre tránsito. Acercándome al lugar me percaté de la situación, exactamente saliendo a la avenida Francisco de Miranda.
A bordo de mi bicicleta intenté salir del lugar, pero en ése momento un grupo de motorizados intentó abrirse paso de la barricada para continuar su camino, fue aquí cuando vecinos de la zona arremetieron con piedras y botellas contra ellos.
Personas cegadas por el odio vieron un vehículo que se encontraba estacionado cercano a la salida del metro Los Cortijos, rompieron los vidrios y procedieron a incendiarlo, en pocos minutos el mismo estalló.
Se sentía que todo ocurría en cámara lenta y a la vez muy rápido como para entender qué sucedía. Se escuchaban gritos, consignas en contra del presidenteNicolás Maduro, alarmas de vehículos, sirenas y a lo lejos se podía oír que venían los bomberos a sofocar el vehículo que aún ardía en llamas.
Los efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) se apersonaron de inmediato y en ése momento comenzaron a llover balas de un edificio que se encontraba ubicado al frente del concesionario de la Ford, resultando herido mortalmente de un impacto de bala un sargento de la Guardia Nacional Bolivariana. Se desplomó a pocos metros de mí, lo pude ver rápidamente mientras corría a resguardarme.
Alcancé a divisar cómo de los edificios arremetían en contra de motorizados y efectivos castrences, al tiempo que en Twitter las personas le atribuían los hechos a colectivos y a la seguridad nacional.
Las comunicaciones colapsaron, intenté tuitear lo que podía entre la situación.
Los efectivos bomberiles lograron sofocar el incendio, mientras que la PNB acordonó el lugar para calmar la situación. El cordón de seguridad se apostó en el elevado de Los Ruices.
La seguridad nacional logró localizar el edificio de donde se efectuaron los disparos e ingresaron al lugar, de allí no tengo información que pasó una vez adentro.
Poco tiempo después el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello Rondón, ofreció una rueda de prensa, confirmando la muerte de 2 personas y que se estaban buscando a los responsables. Atribuyó los asesinatos a un francotirador.
Después de 3 horas pude salir del lugar, rodeada de gas, humo, escombros y vidrios rotos, me dirigía hacia Plaza Venezuela. La gran cantidad de vidrios y los contenidos de barricadas impidieron que continuara, pinchando uno de los cauchos de mi bicicleta. Un efectivo policial logró rescatarme del lugar.
Pasadas las 3 de la tarde en Altamira había una barricada que impedía el paso en ambos sentidos, allí los "guarimberos" amenazaban a los transeúntes con objetos contundentes, si intentaban pasar. A esa hora la estación Los Cortijos del sistema Metro de Caracas, no prestaba servicio comercial.
Medios de comunicación, a través de las redes sociales, como el Nacional y Venevisión se hicieron eco de estas informaciones falsas que circulaban, dando RT de manera inescrupulosa. Se les olvida a qué valores servimos los periodistas, de informar la verdad de manera oportuna y con responsabilidad.
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